Lo que más llama la atención de este nuevo Polo GTI es que la tendencia actual del 'downsizing', es decir, la utilización de motores con poca cilindrada, no le ha tocado. El anterior 1.4 TSI de 180 caballos se sustituye por el 1.8 TSI que ahora ofrece nada menos que 192 caballos, con lo que se ganan 12 caballos extra. También es novedad la posibilidad de disponer de cambio manual, ya que el anterior sólo se vendió con el cambio DSG. Una curiosidad es que si se opta por el cambio DSG el par motor se reduce en 7,3 kilográmetros (70 Newtonmetro), debido a que esta caja robotizada de siete relaciones tiene una limitación de par máximo. La diferencia es inapreciable y de hecho las prestaciones son idénticas, con la misma aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora en 6,7 segundos, aunque el consumo medio homologado se reduce en 0,4 litros en el caso del automático.

Exteriormente tiene las diferencias distintivas habituales en los GTI de Volkswagen, con una parrilla y faros específicos en los que destaca la línea roja del frontal, que se prolonga por dentro de los proyectores, parachoques y estribos laterales y un nuevo alerón trasero, además de pilotos posteriores oscurecidos. Dentro los detalles en rojo, los asientos deportivos Karo con la tapicería de cuadros Clark al estilo de la que estrenó el primero Golf GTI, los pedales en aluminio y la instrumentación específica marcan las diferencias con cualquier otro Polo.

Las suspensiones son, por supuesto, más firmes, para lo cual se han adoptado nuevas estabilizadoras, amortiguadores y muelles más firmes, neumáticos de perfil bajo y llantas más anchas. Ahora el Polo ofrece amortiguadores con dos niveles de dureza, que se activan mediante el 'Sport Performance Kit'. Pulsando el interruptor Sport del salpicadero se modifica la asistencia de la dirección, el sonido que llega al interior del habitáculo, la respuesta del acelerador, los amortiguadores pasan al tarado más duro y la gestión del cambio DSG es más rápida. Para los amantes de las prestaciones también se puede modificar la actuación de los controles de tracción y estabilidad. Pulsando el interruptor del control de estabilidad ESC una vez se desconecta el ASR y si se mantiene pulsado más de tres segundos el control de estabilidad se vuelve más permisivo, que en combinación con el diferencial electrónico XDS+ ofrece unas nuevas sensaciones, más intensas pero fácilmente controlables.

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A pesar del aumento de potencias y de todos los cambios introducidos, el Polo GTI es un coche tremendamente agradable en una conducción tranquila y divertido si se le quiere exprimir. La suspensión en modo normal ya resulta dura, aunque no demasiado seca y el cambio DSG, una opción muy recomendable, no deja de sorprendernos. Su actuación es tan rápida y eficaz que es casi imposible manejarlo en forma manual de una manera más deportiva de cómo lo hace el sistema, incluso en las condiciones más exigentes rodando en circuito.

Las primeras unidades que se comercialicen cuentan con un equipamiento especial que incluye sin sobrecoste el volante deportivo multifunción, el equipo multimedia con navegador, faros con tecnología led para todas las funciones y la suspensión regulable en dos niveles de dureza. Los precios son de 22.850 euros para el tres puertas con cambio manual que se incrementa 1.570 euros con el cambio DSG de siete velocidades y otros 580 euros si se quiere con la carrocería de cinco puertas.

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