Una marca con la tradición de todo caminos que tiene Subaru no podía permitirse quedarse fuera del segmento más de moda del mercado, el de los SUV compactos. Para ello presenta un modelo inédito pero que recuerda mucho al Impreza, con el que comparte plataforma mecánica. Además, su carrocería es prácticamente calcada y la principal diferencia entre ambos es la mayor altura libre respecto al suelo -220 milímetros- de este SUV que mide 4,45 metros de largo, 1,78 de ancho y 1,57 de alto. Por sus dimensiones no queda duda de que llega para rivalizar con los Nissan Qashqai, Volkswagen Tiguan o Toyota Rav4.

Como no podía ser de otra forma en una marca como Subaru todas las variantes tienen un sistema de traccion integral. Denominado Symmetrical AWD, en las versiones con cambio manual de seis velocidades la distribución básica del par se reparte equitativamente –50:50– entre los dos ejes. En el caso de las variantes con cambio automático Lineartronic el reparto se realiza en una proporción 60:40.

TRES MOTORIZACIONES

La gama de propulsores incluye dos nuevos de gasolina, los 1.6 y 2.0 FB, atmosféricos de arquitectura bóxer, que desarrollan una potencia de 114 y 150 caballos, respectivamente. En ambos motores se ha trabajado a fondo sobre todo para disminuir los consumos y lograr la máxima eficiencia. El gasdolina más potente solo está disponible con el cambio por variador continuo Lineartronic y, según la marca, estos motores reducen notablemente las cifras de consumo de los anteriores. En cualquier caso, el XV también dispondrá del popular motor bóxer Diesel de 2.0 litros y 150 caballos, acoplado a la caja de cambios manual. Este motor es el mismo que estrenó el Impreza actual y que ya incorporan la mayoría de los Subaru.

El XV solo está dispone en toda la gama con tracción integral gracias a un diferencial central que reparte la fuerza del motor entre los dos ejes

Durante la breve toma de contacto con el nuevo XV tuvimos ocasión de probar tanto la variante gasolina más potente acoplada a un cambio Lineartronic como la variante turbodiésel. La mecánica gasolina destaca sobre todo por su suavidad, aunque con el cambio Lineartronic se echa en falta una respuesta más contundente, ya que los desarrollos largos buscan sobre todo optimizar el consumo. En el caso de la variante turbodiésel con cambio manual de seis velocidads la respuesta es más enérgica y la conducción más divertida. El cambio además es bastante preciso y los desarrollos permiten aprovechar la potencia del motor. El comportamiento dinámico en ambos casos es muy equilibrado con una suspensión rígida que transmite seguridad, tanto en carrtera de curvas como en autovías.

Respecto al interior, el diseño es también calcado al del nuevo Impreza y el cliente podrá elegir entre cuatro niveles de acabado–Advance, Sport, Executive y Executive Plus–. El equipamiento de serie incluye control de estabilidad, siete airbags, climatizador y equipo de sonido con conexión auxiliar y bluetooth. Opcionalmente puede añadir: navegador, reconocimiento de voz, acceso y arranque sin llave, faros de xenón o asientos calefactables.

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