Si te decimos ahora mismo que pienses en Ibiza, con las vacaciones a la vuelta de la esquina, es probable que tu mente eche a volar y te teletransporte a una cala de esta preciosa isla pitiusa, como la de Comte o la de Gració, que te lleve a una fiesta de las que se celebran en las discotecas Space y Amnesia, o que baje el ritmo y te haga pasear por el casco antiguo de la ciudad para visitar las murallas de Dalt Vila, declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1999. Puede que tu mente haga todo esto o que le ocurra lo que a la nuestra: es hablar de Ibiza y hacerlo de cuatro ruedas; no tenemos remedio...

Y es que en pleno verano, cuando los españoles empiecen a 'emigrar' a las zonas costeras, el fabricante español va a poner a la venta la actualización que te traemos. Se trata del segundo restyling que tiene el Ibiza de cuarta generación y más que tratarse de un modelo totalmente nuevo (tiene idénticas dimensiones y batalla), es una importante evolución ya que aporta, respecto al anterior, un extenso catálogo de personalización con varios kits que especificaremos a continuación así como un sistema de infoentretenimiento que incluye un navegador integrado y opciones entre otras de Mirror Link, que reproducen el escritorio de nuestro teléfono móvil en esta misma pantalla.

El equipamiento de seguridad se enriquece con la llegada de un freno multicolisión y un detector de fatiga

Precisamente es este último elemento el que captará la atención de los clientes más jóvenes. Además de modificar tanto el salpicadero (hay más acolchando blando) como parte de la consola (también debido al rediseñado climatizador, de uso más fácil y con una mejor visibilidad), la pantalla táctil de 6,5 pulgadas (opcional) es el centro desde el que se controla todo: no sólo recoge la información del ordenador de a bordo, sino que manejamos las fuentes de audio (se recupera la toma USB que desapareció en el primer facelift), programamos el navegador (que va integrado y no como antes, anclado a un soporte), vemos las imágenes de la cámara de marcha atrás (270 euros) o tenemos acceso a nuestro smartphone con Android o iOS sin apartar la atención de la carretera con el modo Full Link (170 euros). Desde Seat nos especifican que las aplicaciones que se reproducen son sólo las que están validadas y no son fuente constante de distracciones, al estilo de un chat o una red social, tal y como analizamos durante nuestra ruta por los alrededores de Barcelona. Sin duda, un salto necesario en el Ibiza para no quedarse desactualizado, por ejemplo, respecto al R-Link del Renault Clio.

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Pero lo primero que entra por los ojos, más allá de estos elementos que dan valor al vehículo, es la imagen, de la que los diseñadores están satisfechos aunque han decidido darle notas de color, como una pequeña luz diurna en los faros delanteros en forma de boomerang o los denominados 'Colour Packs', con los que es posible variar el tono de los espejos retrovisores, el cerco de la parrilla, las llantas, los aireadores de la ventilación o el tejido de los asientos, entre otros (desde 700 euros). Un conjunto de ideas que recuerdan, sin duda, a las vistas en el León en mayor o menor grado, modelo que ha servido claramente de inspiración para esta actualización, algo que no esconden desde la firma. Es más, del compacto hereda el volante, las piñas y el cuadro de mandos, todo un acierto para hacer del Ibiza un coche más sencillo de manejar. No olvides que la 'leonización' de la gama Seat no ha hecho nada más que empezar, como nos contó en su momento el director de diseño Alejandro Mesonero-Romanos durante nuestra prueba con el prototipo 20V20.

¿Quieres rueda de repuesto? La tienes en tamaños que van de las 14 pulgadas hasta las de 18 por 100 euros

Tras los primeros kilómetros e independientemente de la mecánica elegida, descubrimos un chasis 'dulcificado'. Y decimos esto porque la dirección cuenta con una mayor asistencia, por lo que no hay que hacer tanto esfuerzo a la hora de maniobrar, y la suspensión trata con más mimo a los ocupantes. Aunque se mantienen los muelles, los amortiguadores son diferentes y trabajan más para absorber las imperfecciones del asfalto.

Y en lo que respecta a propulsores, la oferta es bastante amplia, con cinco motores gasolina y tres turbodiesel (75, 90 y 105 caballos). Los primeros abarcan potencias entre 75 y 150 caballos y recurren al downsizing, la eliminación de un cilindro o la incorporación de arranque y parada automáticas para bajar el consumo y cumplir la normativa Euro 6. El motor de acceso es un 1.0 de 75 caballos que ya conocemos del Mii (4,8 litros de consumo a los 100), para seguir con un 1.2 TSI de 90 caballos (4,9 litros), un 1.0 TSI de 95 y 110 caballos (4,2 y 4,3 respectivamente) y un 1.4 TSI de 150 caballos con desactivación de cilindros (4,8 litros). Los TDI son todos tricilíndricos de 1.4 litros. Vienen de serie con Start&Stop y caja de cambios manual de cinco velocidades, si bien el de 90 caballos es el único que puede ir con DSG. Los consumos homologados son más bajos (de 3,4 a 3,6 litros), si bien son algo más ruidosos y toscos en el funcionamiento que los gasolina.

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De estas ocho opciones, tuvimos la ocasión de conducir los gasolina de 95 y 110 caballos. El primero de ellos nos sorprendió gratamente para mover con suficiente agilidad los 1.095 kilogramos del Ibiza. Además, entrega el par desde muy abajo, a tan sólo 1.500 vueltas, aunque es a partir de 5.000 revoluciones cuando se aprecia cierta sonoridad deportiva. Además de silencioso, al habitáculo no llegan las vibraciones típicas de estos motores tricilíndricos, lo que nos ha gustado. Estas características son comunes al TSI de 110 caballos, con la diferencia que éste tiene una caja de cambios de seis relaciones, lo que hace que gire a menos vueltas cuando viajamos por autopista.

Estrena también suspensión adaptativa (310 euros), que tiene dos posiciones: Confort y Sport

Ya se aceptan pedidos del nuevo Ibiza, si bien las primeras unidades llegarán en julio. De las tres carrocerías, la más económica es la de tres puertas SC, seguida de la de cinco puertas y finaliza con el ST familiar. El precio de partida en gasolina es de 12.740 euros para el 1.0, mientras que en TDI arranca en 14.900 euros, ambos en la terminación Reference, la básica. Estos importes bajan a casi 9.000 euros si se suman el Plan PIVE 8 o los descuentos por financiar. Los más costosos, hasta el momento, son el 1.0 TSI de 110 caballos FR con DSG (20.030 euros) y el 1.4 TDI 105 caballos FR Crono (20.690 euros).

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