El nuevo Opel Adam tiene la longitud exacta –3,70 metros– para situarse al igual que el Mini justo a caballo entre los segmentos A y B, es decir, acepta rivales dispares como el Fiat 500 o el Citroën DS3 y como éstos apuesta la calidad y el diseño para distinguirse.

Esta fórmula, conocida como Urban chic, plantea un coche menos práctico y económico que lo que tradicionalmente entendíamos por utilitario. Sin embargo, las ventas de este incipiente segmento han aumentado en un 19,6% en los últimos años y amenazan con ser la norma.

Para que os hagáis una idea a cerca de toda la 'customización' que rodea al Adam, está disponible con: 12 colores de carrocería en combinación con otros 3 para el techo, 31 diseños de llantas que pueden acoplarse a las de 16, 17 ó 18 pulgadas con lacados distintos y 6 embellecedores para sus radios –ver en el Adam amarillo de la foto–; 4 tonos para el habitáculo a combinar con 15 asientos diferentes, 19 colores para las molduras interiores, 6 vinilos –dos con retroiluminación– y hasta 6 guarnecidos para el techo que puede ofrecer el aspecto de un cielo con nubes o de uno estrellado, gracias a 64 leds repartidos por toda la superficie, una idea recuperada nada menos que de Rolls-Royce.

No es fácil perderse cuando hablamos de personalizar el Opel Adam y para ello la marca ha resumido la gama en tres 'mundos' distintos: Jam (moderno, chic, extrovertido), Glam (más fino, maduro, recatado) y Slam (deportivo, agresivo, masculino). Pero aquí no acaban los accesorios, Opel ofrece dos paquetes deportivos específicos como son los Extreme, OPC o Carbono.

Muchos de los accesorios se podrán intercambiar en concesionario y si un cliente configura su Adam de una determinada forma y después quiere cambiarlo podrá hacerlo sin problema. La filosofía de Opel es “que no haya un Adam igual que otro”.

LA MECÁNICA, EN SEGUNDO PLANO

Durante la presentación de este nuevo modelo Opel dispuso 40 unidades del Adam y efectivamente, ninguna era igual que la otra salvo en un apartado, el mecánico. Ahora mismo, la gama se compone de tres motores, todos ellos conocidos y de gasolina. Se trata de los 1.2 de 70 caballos y 1.4 de 82 y 100 caballos que llevan asociado un cambio manual de cinco marchas y, eso sí equipan Start-Stop de serie. Más adelante, está previsto una nueva familia de motores tricilíndricos –en versión atmosférica y turbo- así como una nueva caja manual de seis velocidades.

La marca tiene previsto que el grueso de las ventas lo concentre el 1.4 de 82 caballos y precisamente ese fue el que pudimos probar en Lisboa.

Es un motor fino, de sonido agradable que gana velocidad progresivamente y cumple bien en ciudad. En autopista, sus resultados son más discretos, igual que a la hora de adelantar en carretera pero, en cualquier caso, en estos ambientes el Adam tiene obstáculos mayores, los referentes al confort de suspensión –va demasiado duro– y a la insonorización interiores. Por supuesto, la capacidad de carga es limitada dadas las reducidas cotas interiores y el escaso maletero, de 170 litros de capacidad.

En lo referente a la percepción de calidad, tanto el nuevo volante como el salpicadero son agradables al tacto y por supuesto el diseño es espectacular. En materia de equipamiento, el protagonista es el nuevo equipo multimedia con una pantalla de 7 pulgadas con conexión para móviles Android o Apple, MP3 y Bluetooth. Además podemos incluir opciones propias de segmentos superiores como el sistema de ángulo muerto, asistente de aparcamiento o volante calefactado.

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