Saben que su camino no ha hecho nada más que empezar y que su éxito en realidad se mide a 10 ó 15 años vista, algo que no es fácil cuando los ciclos económicos son desfavorables, como el que se está cerrando. Aún así, todos los trabajadores de la firma transmiten la suficiente confianza de que la 'estrategia DS' no se basa única y exclusivamente en tomar un Citroën y venderlo con mejores terminaciones, sino que el proyecto se basa en tener una marca independiente aprovechando sinergias para labrarse un hueco dentro de los fabricantes más prestigiosos por imagen y calidad, como son los alemanes. "Sólo hay que ver el éxito que tiene DS en China, donde el lujo francés se vende solo", nos dicen. Y razón no les falta. La base la tienen, aunque es cierto que todavía falta más distinción respecto a la marca matriz, pero eso llegará con las próximas generaciones. No obstante, los primeros pasos se han dado como bien refleja el renovado DS 4.

Lanzado en 2011 con los chevrones de Citroën presidiendo el frontal, es esta parte la que más cambia en este finales de 2015 para demostrar que el 4 es un DS de verdad, como hiciera anteriormente el 5. Los faros ahora tienen tecnología led y xenón, la parrilla es más grande y se ha procedido a rebajar la altura en 30 milímetros. También varían la consola ya que se ha adaptado una pantalla táctil de siete pulgadas a través de la cual se manejan funciones a las que se tenía acceso a través de botones y se añaden diversos apliques que transmiten mejor calidad visual. Aunque lo que realmente destaca del DS 4 es que ahora no está solo; ¡tiene un hermano! Nació en el pasado Salón de Frankfurt, se llama DS 4 Crossback y es un derivado con elementos que recuerdan a los vehículos off road.

El Crossback se distingue por su mayor altura, los embellecedores, las barras de techo…

Pero olvídate de salir al campo con él porque el Crossback lo único que hace es copiar la estética campera de automóviles que sí permiten circular por pistas, ya que carece de tracción integral, bloqueos de diferencial o programas tales como el control de descenso de pendientes. Sí disfruta del Intelligent Traction Control, un sistema que mejora la motricidad de las ruedas delanteras cuando hay nieve, y unos neumáticos opcionales Michelin Crossclimate, que facilitan circular en asfaltos en mal estado por la climatología. La altura que luce es idéntica a la del anterior DS 4, por lo que una vez estamos en el interior, el ambiente y las sensaciones nos son ya conocidas.

Cómodo de suspensión y de dirección, es bastante silencioso con la motorización que llevamos, el BlueHDi de 180 caballos. De serie el cambio automático EAT6, de muy agradable funcionamiento y sin nada que ver con el anterior embrague pilotado, el Crossback se desenvuelve muy bien por ciudad y por carretera. Lo que sí nos ha resultado llamativo es el consumo, dos litros superior a la media registrada por DS. Tampoco nos convencen las plazas posteriores por un acceso muy estrecho y por falta de espacio –el respaldo es muy vertical, las ventanillas siguen sin poder bajarse y el hueco para las piernas es similar al de un utilitario, algo curioso esto último para tratarse de un vehículo de 4,28 metros de largo–.

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El climatizador sigue funcionando durante unos minutos aun cuando el motor está apagado

Estos mismos inconvenientes los encontramos en el DS 4, que condujimos con el 1.6 THP de 210 caballos, un motor ya conocido dentro del grupo PSA y con un marcado carácter deportivo ya que se emplea, entre otros, en los Peugeot RCZ y 208 GTi y el DS 3 Racing. En esta ocasión y tras los retoques sufridos, consigue un par máximo de 285 Newton/metro entre 1.750 y 4.000 vueltas. Muy progresivo en ese margen, el DS 4 es rápido en aceleración y suena bastante bien, además sin consumir una cifra escandalosa, con un registro obtenido de algo más de siete litros, en circunstancias de tráfico nada favorables. Los peros los encontramos en el chasis, bastante pesado para lo que estilan otros modelos de la competencia (del orden de unos 100 kilos), además de una clara tendencia subviradora en curvas. Por contra, se hace valer el nivel de terminación como el visto en el acabado Sport Chic, el elegido, donde un cuero artesano de muy buena factura invade todo el habitáculo.

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En cuanto a precios, el DS 4 Crossback más asequible corresponde con el gasolina PureTech de 130 caballos Desire –24.980 euros– para continuar con el THP de 165 caballos –31.780 euros–. En Diesel también hay dos opciones, aunque con un gran salto entre ellas respecto a potencias: el BlueHDi de 120 caballos –26.630 euros– y el BlueHDi de 180 caballos –34.680 euros–.

En lo que respecta al DS 4, sale a la venta desde 22.830 euros para la versión de acceso Puretech gasolina 130 caballos Design y cambio manual y llega hasta 33.380 euros para el tope de gama, el BlueHDi 180 caballos con acabado Sport y caja EAT6. Entre medias se sitúan los gasolina de 165 –27.880 euros– y 210 caballos –31.430 euros– y los BlueHDi de 120 –24.480 euros– y 150 caballos –27.980 euros–.

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