La entrada en vigor de los nuevos peajes en varias autopistas portuguesas fronterizas con España se ha visto afectada por algunos actos vandálicos y “problemas técnicos” que, según ha comunicado la entidad responsable de las carreteras lusas, ya están resueltos.

Cuando todavía no se ha cumplido una semana desde que empezara el cobro en estas vías, los incidentes más importantes se han registrado en la vía A-22 -que cruza la turística región del Algarve hasta Andalucía-, dos de cuyos arcos de peaje han sido quemados y tiroteados e incluso un trabajador resultó herido.

Sin embargo, un portavoz de Estradas de Portugal, empresa responsable, ha asegurado que “en líneas generales, la introducción de estos peajes se está produciendo con bastante normalidad”, también entre los conductores extranjeros, pese a la complejidad del sistema de cobro, que es con dispositivo electrónico y no permite pagos con tarjeta o metálico.

VANDALISMO

Según informaron estas mismas fuentes, el último y más grave de los actos vandálicos contra los nuevos peajes se produjo anoche, cuando un vigilante de seguridad de la concesionaria se acercó hasta un vehículo que consideró sospechoso y fue recibido con disparos de escopeta. Fuentes oficiales informaron de que en el incidente fue alcanzado por los tiros un vehículo próximo, cuyos cristales se rompieron y resultó herido un trabajador de la empresa concesionaria, Euroscut Algarve, en la que participa como accionista principal la constructora española Ferrovial.

La Policía Judicial lusa ha abierto una investigación que se suma a la que ya tenía en marcha desde el pasado lunes, cuando fue tiroteado de madrugada otro peaje, también en la A-22, y fue incendiada la estructura donde están instalados los equipos informáticos del sistema de cobro.

Estos“actos de vandalismo”, como han sido calificados oficialmente, fueron condenados por varios responsables de entidades cívicas opuestas a los peajes, como el presidente de la Asociación de Municipios del Algarve, Macario Correia, que expresó su preocupación por los incidentes violentos.

También han mostrado su desacuerdo las plataformas ciudadanas que protestan contra la introducción de los peajes y rechazan, junto a empresarios turísticos y transportistas, la conversión de las antiguas autovías SCUT (acrónimo de en portugués de "sin coste para el usuario") en autopistas de pago. Según el portavoz de la empresa, la entrada en vigor del cobro en estas carreteras ha sido más sencilla que en las autovías del norte del país, fronterizas con Galicia, en octubre de 2010, cuando los conductores extranjeros se quejaron de la dificultad de encontrar los dispositivos necesarios para el pago.

El proceso para convertir en autopistas de pago las antiguas SCUT comenzó el pasado año con el Gobierno socialista luso y concluyó ahora con las últimas cuatro vías, tres de ellas fronterizas con España, a las que ha extendido el sistema el Ejecutivo conservador. Los nuevos peajes son parte de la política de reducción del gasto público emprendida por Portugal, que atraviesa una de las peores crisis económicas de su historia.