Fernando Alonso no se cansa de probar nuevas experiencias. Al día siguiente de terminar su última carrera de Fórmula 1, el asturiano se puso a los mandos de un NASCAR en el circuito de Bahréin. Alonso participó en un intercambio de coches con Jimmie Johnson, quien se subió a un McLaren de 2013 mientras cedió su stock car.

Aunque se tratara de un trazado que se conoce de memoria, Alonso se enfrentó a la ardua tarea de encontrar los límites de un coche completamente diferente a lo que está acostumbrado. A pesar de haber competido en monoplazas y sportscars durante esta temporada, no tenían ninguna similitud con el Chevrolet al que se subió.

El asturiano se marchó de la Fórmula 1 en busca de nuevos desafíos y esta primera toma de contacto con la NASCAR podría animarle a competir en alguna carrera de la competición estadounidense. Es probable que no se atreva con los óvalos en un principio, por lo que podría realizar su primera aparición en una de las citas que se disputan en trazados ruteros.

Esta también fue una buena primera impresión con un vehículo de Chevrolet. Alonso competirá en las próximas 500 Millas de Indianápolis con la marca de General Motors como motorista, una confirmación que llegó poco después de quedar encantando con la experiencia de pilotar toda una bestia como es el NASCAR.

Por su parte, Johnson se subió por primera vez a un monoplaza, un vehículo con bastante menos espacio que su Chevrolet. Alonso estuvo muy pendiente de las evoluciones del piloto estadounidense, quien fue ganando confianza con el entorno del McLaren con el paso de las vueltas en un día para recordar.