Fernando Alonso tuvo la oportunidad de subirse a un NASCAR por primera vez en el circuito de Bahréin. El piloto asturiano intercambió vehículos con Jimmie Johnson para tener su primera toma de contacto con un ‘stock car’ alrededor de un trazado que se conoce de memoria a los mandos de un Fórmula 1. Tras una jornada de test donde Alonso pudo divertirse, admitió que lo que más le llamó la atención del NASCAR es su tecnología tan simple.
“Sabía que los coches eran muy básicos en términos de tecnología. La última vez que piloté con una caja de cambios en H fue en 1999, así que pilotar un NASCAR es como retroceder en el tiempo. El coche fue muy potente teniendo en cuenta la cantidad de agarre disponible, así que te diviertes en lal pista. Quizás con otros coches es diferente, pero estando solo es muy divertido”, declaró Alonso tras bajarse del NASCAR.
Johnson también tuvo su primera toma de contacto con un Fórmula 1 pilotando un McLaren de 2013 con motor V8 de Mercedes. Aunque no estaba acostumbrado a ponerse al volante de un monoplaza, Alonso se mostró impresionado por el trabajo del estadounidense a bordo del vehículo. “Fue impresionante. Creo que estaba ganando tiempo con cada tanda”, comentó el asturiano.
“A veces pones neumáticos nuevos en estos coches y no se puede extraer el agarre… Pero él fue capaz de adivinar ese agarre extra que las gomas nuevas te dan y pudo extraerlo para traducirlo en tiempo por vuelta, así que estaba muy impresionado por ello. Se lo tomó muy en serio”, añadió.
Además de la experiencia de probar un nuevo vehículo, el principal objetivo de Alonso en este test era divertirse. “Vinimos para un día completo de test. Puse cuatro juegos de neumáticos y creo que él también y nos intercambiamos los coches. Nos divertimos, pero también queríamos sentir el nuevo entorno de forma representativa y en una velocidad donde podíamos sentir algo parecido a lo que sería normal”, afirmó.
