Los días en los que montar una unidad de potencia Mercedes te garantizaba cierta ventaja sobre tus rivales parecen haber llegado a su fin. Ferrari se ha puesto las pilas (quizás nunca mejor dicho), y de qué manera. Si bien en carrera los rendimientos parecen ser muy similares, es en clasificación donde las diferencias parecen potenciarse, donde los clientes de los italianos destacan y donde Ferrari parece inalcanzable.

El siempre comedido Toto Wolff, ya acepta abiertamente su derrota asegurando que no son capaces de igualar el rendimiento de los de Maranello en recta. El responsable de Mercedes asegura que solo en rectas pierden medio segundo respecto a los Ferrari, corrigiendo a Lewis Hamilton, que hablaba de unas tres décimas.

Toto Wolff apuntó a las partes eléctricas para señalar al culpable del rendimiento de Ferrari, justificándolo en que Kimi Raikkonen aun monta la especificación de motor antigua. El sistema eléctrico de Ferrari ya ha estado bajo observación a lo largo de la temporada, incluso se habló de una segunda centralita que permitiría suministrar más potencia de la permitida, motivo por el que la FIA anunció que iba a intensificar los controles, sin que nada haya cambiado.

O más bien sí ha cambiado, porque ahora Ferrari tiene más potencia y en Mercedes comienzan a estar más que preocupados pensando que el giro de guion a su favor que se produjo a final de la temporada 2017, en esta ocasión puede salirles en contra.

Vettel sale en pole position, con una victoria ya masticada mientras que Hamilton se verá obligado a remontar. Un escenario que parece que dejará al alemán con una carrera de margen antes del parón veraniego, una situación que en Mercedes nunca esperaron a final a principio de temporada.