La supuesta manipulación del mapa motor de los Red Bull RB8 en Alemania para mejorar, según una hipótesis, el control de tracción quedó finalmente impune. Pero la Fórmula 1 espera que la norma se aclare para la siguiente cita en Hungaroring.

Los directores técnicos de la categoría reina se reunieron el lunes para discutir la situación después de que los comisarios del Hockenheimring reconocieran que eran incapaces de prohibir el sistema a pesar de no aceptar "todos los argumentos" expuestos por el equipo.

Por lo tanto, el resto del paddock espera una aclaración de la situación, que probablemente ocurrirá el miércoles o el jueves antes del Gran Premio de Hungría. "Claramente la FIA está frustrada por la situación", asegura Martin Whitmarsh, de McLaren. "Así que creo que será mejor que haya transparencia y dejen de hacerlo en el futuro".

Joan Villadelprat, veterano ingeniero español de la Fórmula 1, ha escrito en su columna en el periódico El País: "Hay algunas cosas en la F1 que son intocables. El reglamento es muy estricto en algunos aspectos, pero en otros permite una cierta flexibilidad". Incluso el patrón de RBR, Christian Horner, apeló a una aclaración de la situación: "Las regulaciones actuales son claras, así que podría haber unas nuevas directrices técnicas que fueran diseñadas para clarificar la actual normativa".