Sebastian Vettel fue uno de los protagonistas de la jornada en Malasia. El piloto alemán estaba obligado a remontar desde la última posición de la parrilla si quería mantener vivas sus opciones de hacerse con el título y realizó una gran labor superando a diferentes rivales a lo largo de la carrera. Ferrari decidió apostar por una estrategia alternativa y Vettel comenzó la carrera con los neumáticos blandos, lo que le permitió completar una tanda más larga para ganar le mayor número de posiciones posible al comienzo de la carrera. Una vez entró a boxes para poner los neumáticos superblandos, Vettel salió ampliamente por delante de Valtteri Bottas.

Contar con el juego de gomas más blando para el final de la carrera le permitió ir más rápido que sus rivales más directos, por lo que puso la directa hacia Daniel Ricciardo para intentar culminar su remontada subiendo al podio. Aunque tanto el alemán como el australiano tuvieron que lidiar con pilotos doblados, Vettel iba rodando entre un segundo y un segundo y medio más rápido por vuelta que Ricciardo.

El de Ferrari fue recortando distancia hasta encontrarse a menos de un segundo del piloto de Red Bull, por lo que podía utilizar el DRS para adelantar. Vettel quiso aprovechar el óptimo estado de sus neumáticos y el DRS para superar a Ricciardo, pero se encontró con Fernando Alonso. El piloto asturiano dejó doblarse inmediatamente por el australiano, pero se esperó algunas curvas para ceder el paso al alemán. Ricciardo pudo inclinar la situación a su favor y abrió un hueco que acabaría siendo definitivo.

A pesar de las insistencias del equipo por la radio, Vettel ya no tenía el ritmo necesario para atacar. Finalmente, el alemán se quedó con la miel en los labios de subir al podio tras comenzar la carrera desde la última posición, pero al menos pudo minimizar daños con respecto al mundial. Lewis Hamilton aventaja ahora a Vettel en 34 puntos, una diferencia que podía haber sido mayor tras el problema que sufrió el piloto de Ferrari en la clasificación.