Ferrari se marcha de Australia con una gran decepción. El equipo italiano llegó a la primera carrera de la temporada mucho más preparado de lo que lo hizo en 2018, y sin embargo, se han llevado un resultado notablemente peor, no únicamente por la posición absoluta, sino por la distancia en tiempo respecto al ganador de carrera, que en esta ocasión, rozó el minuto de tiempo, a pesar de que el primer clasificado no se vio obligado a forzar la marcha en ningún momento.

Al menos, esto se extrae de las palabras de Sebastian Vettel al término del Gran Premio, que comparó la situación con el pasado año, donde aparentemente llegaron con un vehículo peor, y sacar un resultado mucho mejor. En 2018 acabamos los test de pretemporada con problemas, ya que el coche no se comportaba como queríamos o como debería. Este año ha sido todo lo contrario. Iba muy bien y se comportaba como esperábamos.”, dijo el alemán.

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La pasada temporada, en Australia el equilibro no era el que debería, la trasera iba muy mal y tuvimos que configurar el coche con mucho subviraje. Conseguimos gestionarlo y la carrera fue muy bien, pero no estábamos ahí en clasificación. En Bahréin lo solucionamos y conseguimos inmediatamente más rendimiento.”, afirmó el de Ferrari, recordando que tras esta carrera, el SF70H puso en apuros a Mercedes en casi todas las carreras.

Este año el problema es otro y no tiene nada que ver con el del año pasado. El coche y los datos tienen sentido, pero nos falta algo. Ahora mismo no tenemos respuesta, así que necesitamos volver atrás y analizar en profundidad. Estoy seguro de que encontraremos algo. Sabemos que el coche es mejor de lo que hemos visto, no solo en carrera, sino durante todo el fin de semana.”, concluyó el alemán, notablemente derrotado tras un fin de semana en el que habían muchas esperanzas puestas.