Uno era imbatible en el tercer parcial, el otro lo era en los dos primeros. Los dos Red Bull juegan en otra liga y lo han vuelto a demostrar con un espectacular doblete en el que Sebastian Vettel, que es el rey del último sector y el más revirado del trazado de Austin, ha encabezado para conquistar su octava Pole Position de la temporada y la cuadragésimo cuarta de su trayectoria. Desde allí empezará la carrera que podría marcar la mayor racha victoriosa de la historia de la F1, si mañana cruza la meta primero y sentencia su octavo triunfo consecutivo en este Mundial que domina con mano de hierro incluso después de ganarlo.

El recital de Red Bull ha dejado a Romain Grosjean tercero, pero a más de ocho décimas del poleman, que sí ha tenido que sudar para superar a un Mark Webber capaz de aventajar a Seb en nada menos que cuatro décimas de segundo antes de que empezase su increíble cabalgada final hacia la meta, en la que el tetracampeón le ha dado la vuelta a la tortilla y aún le ha metido 103 milésimas al segundo coche energético.

De sorpresa en sorpresa encontramos a Nico Hülkenberg en la cuarta posición, que ha aprovechado una vez más hasta la última milésima de su Sauber o, mejor dicho, ha podido configurar su coche y preparar sus neumáticos para cuajar un tiempo muy meritorio, aunque a un segundo de la cabeza. Además, Sauber ha colocado también a su otro pilotos entre los diez primeros, un Esteban Gutiérrez que hubiera cerrado la quinta línea de parrilla de no ser porque ha recibido una penalización de diez posiciones en la salida por obstaculizar a Pastor Maldonado entre las dos últimas curvas del circuito cuando apenas se habían disputado unos minutos de la calificación.

En cualquier caso, los de Hinwil se erigen como referencia en el dominio de la gestión de los neumáticos, su bestia negra en los primeros compases de la temporada. Todo lo contrario le ha sucedido al venezolano de Williams que, sea por un rocambolesco sabotaje del equipo o por una falta de coordinación entre el piloto y su ingeniero, no ha dispuesto de un coche competitivo en ningún momento a causa de las temperaturas –y por consiguiente presiones– equivocadas en sus gomas Pirelli.

ALONSO, AVE FÉNIX
En una escala de colores por el sufrimiento acarreado a cuenta de la gestión de los neumáticos durante este fin de semana, Ferrari se llevaría un rojo tan intenso como el de sus F138. Sólo Fernando Alonso ha logrado ajustar su coche para que respondiese de la manera adecuada en calificación, algo que parecía una quimera después de pelear en las tres sesiones libres una configuración imposible cuando se trataba de calentar el neumático en la primera vuelta lanzada. El sexto puesto de Fernando, a apenas 31 milésimas de Lewis Hamilton, le sitúa en una posición razonable para poder explotar el buen ritmo de carrera del Ferrari, demostrado en las tandas largas de ayer y confirmado por el propio Alonso en sus declaraciones a la prensa.

Mucho peor le han ido las cosas a Felipe Massa, menos diestro que su compañero en este difícil juego de temperaturas y presiones, y que mañana partirá decimotercero beneficiado por las penalizaciones a Button –por adelantar con bandera roja durante los Libres 1– y a Gutiérrez –por el mencionado bloqueo a Maldonado en la Q1–, pero su tiempo en calificación ha sido sólo el decimoquinto más rápido, un resultado difícil de encajar para un equipo que quiere pelear por el subcampeonato. Sin embargo, una pobre actuación de Rosberg, que sale justo por delante del paulista, le pondrá la guindilla a una carrera en la que cada Mercedes tendrá justo por detrás a un coche rojo, en plena pelea por el segundo puesto del Mundial de constructores.

Mañana se disputará el Gran Premio de Estados Unidos a las 13:00 hora local, 20:00 en España. Hasta entonces, podéis consultar la tabla de tiempos y los comentarios en directo de la sesión de calificación aquí.