La temporada pasada, Max Verstappen fue el piloto más joven en debutar en la Fórmula 1. En el pasado Gran Premio de España, el nacido en Bélgica pasó a la historia de la competición al ser el más joven en conseguir una victoria en la máxima competición del motor. Además, ese fue su primera carrera con Red Bull después de ser ascendido desde Toro Rosso.

Verstappen ha admitido que ha pasado la semana tratando de asimilar todo lo sucedido. El piloto de Red Bull incluso ha visto la repetición integra de la carrera comentada y narrada por la televisión holandesa. "El comentarista estaba llorando. Todavía tengo la piel de gallina al recordarlo", ha comentado el belga al diario Algemeen Dagblad.

El piloto que compite por Holanda afirma que no es una persona que se consiga "emocionar muy fácilmente", pero admitió que en el podio se tuvo que contener las lágrimas. "Lo hice", ha comentado Verstappen con una sonrisa.

Verstappen también reconoció que ha sido imposible hacer caso omiso de todo el bombo que se ha desencadenada por su gran victoria en España. "Hoy en día todo es un poco loco, pero es muy importante tener los pies en la tierra. Mi padre y mi representante me ayudan con eso", ha explicado el de Red Bull.

El piloto de 18 años espera que el Gran Premio de Mónaco sea diferente al de la temporada pasada, donde brilló con Toro Rosso hasta que tuvo un gran accidente contra la parte trasera de un Lotus que le envió contra las barreras. "Eso no va a suceder de nuevo. He aprendido la lección", ha declarado Verstappen.

Por otro lado, lo que si espera es su siguiente podio y reconoce que Red Bull está a la espera de brilla en las calles de Principado, con un "poco de suerte" como tuvieron en España. "En Mónaco me siento como en casa. Me encantan los circuitos urbanos. Sin duda es difícil adelantar aquí como descubrí el año pasado cuando lo intenté y me choqué. Pero eso no me desanima para de lograr una nueva victoria o al menos un lugar en el podio", ha concluido el piloto de Red Bull.