El órgano rector de la Fórmula 1, la FIA, ha renovado y aumentado sus esfuerzos para mejorar la protección de la cabeza del piloto, en la estela de las muertes de Jules Bianchi y de Justin Wilson el pasado verano. El francés sufrió graves lesiones en la cabeza al chocar contra un vehículo de recuperación en el 2014, durante el Gran Premio de Japón, mientras que el británico falleció en una carrera de la IndyCar, después de ser golpeado por los restos de otro coche.

El director de seguridad de la FIA, Laurent Mekies, investiga una serie de conceptos, que van desde imitar el estilo de las protecciones de los aviones de combate hasta la forma ovalada propuesta por Mercedes, con el apoyo de un puntal vertical, alrededor de la cabeza del piloto.

"Tenemos que conseguir estar detrás de los ingenieros y tener mucho cuidado para ver cuál sería la propuesta adecuada. Debo decir que hemos estado trabajando muy fuerte en la mejora de la seguridad vial, ya que la seguridad es parte de nuestra responsabilidad del día a día", señala Jean Todt.

"Nos hemos esforzado mucho pero los deportes de motor siguen siendo un lugar peligroso", explica el mandatorio de la FIA para Autosport. "Si hay otras medidas que deben tomarse para mejorar la seguridad, entonces vamos a ir a por ellas, pero tenemos que asegurarnos de que no hay otras consecuencias. Cuando se hace una nueva regulación, debemos asegurarnos de tener la visión en caso de cualquier problema. Estamos en las manos de los expertos y vamos a tener un resultado que nos permita juzgar si vale la pena hacer un cambio, hacer modificaciones o mantenemos. Hay diferentes formas de protección de un piloto, pero hay que asegurarse de que no hay efectos negativos. Eso está en manos de personas expertas. Contamos con un departamento específico, una gente en la que confío por completo, y voy a ver cuáles son los resultados cuando tengamos una propuesta final. Lo que queremos lograr es una mejora en la seguridad. He planteado un problema, por lo que ahora le corresponde a esa gente proponer soluciones", añade.

La FIA ha estado trabajando en cabinas cerradas, por lo menos, desde el año 2009, cuando el hijo de John Surtees, Henry, murió a la edad de 18 años cuando le golpeó una rueda suelta durante una carrera de Fórmula 2 en Brands Hatch. Ese mismo verano, el piloto de Ferrari (entonces), Felipe Massa, escapó por poco de la muerte después de ser golpeado por un muelle que salió volando del Brawn F1 de Rubens Barrichello, en la carrera de Hungría.

La FIA trabaja a raíz de su preocupación por el hecho de que los cockpits protegidos desvien objetos que caigan en su superficie y limiten el acceso al piloto en caso de accidente.