Todavía recorren por el paddock los escalofriantes recuerdos del accidente de Carlos Sainz en el Gran Premio de Rusia de 2015. El español perdió el control de su Toro Rosso e impactó contra el muro. Tal fue la dureza del choque que quedó atrapado debajo de las protecciones y se empezó a pensar que podía haberle ocurrido algo grave. Por suerte no fue así y el madrileño salió por su propio pie.

Lejos de quedarse parada, la Fórmula 1 ha demostrado que es capaz de progresar en materia de seguridad para mantenerse, de esta manera, como uno de los deportes de motor más seguros del mundo. Para evitar posibles reproducciones del incidente de Sainz, los responsables del circuito han preparado una serie de mejoras, esencialmente en la fatídica curva 13.

Por un lado, se ha optado por sustituir la escapatoria de tierra por una de asfalto. Ésta es una tendencia que los puristas no ven con buenos ojos, ya que limita la pérdida de tiempo que existe si se comete un error en ese punto, sin embargo, es mucho más seguro, ya que evita que el monoplaza bote como lo hizo Fernando Alonso cuando se salió de la pista en Australia. La otra gran modificación ha sido cambiar el guardarraíl por un muro de hormigón al que se han anclado las protecciones TecPro para evitar que se muevan en caso de que el coche se meta por debajo de las mismas.