Sergey Sirotkin fue uno de los grandes protagonistas en la carrera de Marina Bay. Tras un toque con Checo Pérez, donde parte de su monoplaza quedó estropeada, el piloto ruso tuvo que manejar la situación de la mejor forma posible.

El de Williams admite que su única opción era intentar llegar hasta el final con esas condiciones, donde el coche no respondía como debía.

“Desafortunadamente tuve un toque con Checo y mi coche sufrió algunos daños. Si miras la parte derecha, se fue completamente, así que después del toque solo quedó sobrevivir. Las zonas aerodinámicas se movieron así que en las curvas el coche hacía cosas diferentes”, analiza el ruso.

Tras el choque con el piloto mexicano, Sirotkin sufrió algunos problemas añadidos en la carrera, debido a las malas condiciones en las que se encontraba su monoplaza, pero eso le supuso que la carrera pasase más rápido.

“Desde entonces solo intentaba llevar el coche hasta el final de la carrera, intentando luchar por proteger mi posición. Obviamente no tenía mucho ritmo, era un poco complicado conducir para tener una lucha. Ha sido una carrera complicada, pero a la vez pasó muy rápido porque tenía muchas cosas por controlar y que cuidar”, concluye el piloto.