El futuro del Gran Premio de Gran Bretaña en el circuito de Silverstone lleva en peligro constante durante varios años. La incertidumbre que rodeaba a la prueba ya existía incluso en la década pasada, pero los temores parecieron llegar a su fin cuando Bernie Ecclestone llegó a un acuerdo con el BRDC, propietario del trazado, para firmar un contrato de 17 años de vigor a finales de 2009.

Si bien muchos creyeron que este contrato aseguraba el futuro de la cita británica a largo plazo, en realidad resultó ser una jugada de Ecclestone para sacarle dinero a Silverstone al aumentar la tasa requerida para albergar la carrera año tras año. La situación alcanzó un punto crítico en enero de 2017, con solo ocho años cumplidos del contrato, cuando el director del BRDC escribió una carta a los miembros de la asociación alertando de los riesgos financieros que suponía mantener el Gran Premio.

Fue en ese momento cuando se propuso activar la cláusula de rescisión del contrato que permitiría poner fin al acuerdo tras la cita de 2019. La propuesta fue rechazada por aquel entonces, pero meses después el BRDC optó por ejercer la cláusula, coincidiendo justamente con los días previos a la celebración del Gran Premio y el evento promocional que se organizó en las calles de Londres.

Race track, Sport venue, Architecture, Stadium, Asphalt, Road, Vehicle, Building, House, Racing, pinterest

Aunque Liberty Media habló en un principio de su intención de mantener las carreras tradicionales, lo cierto es que su verdadero deseo es el de celebrar un Gran Premio en Londres, una opción que pone contra la espada y la pared a Silverstone. El BRDC ha buscado diversas soluciones para poder asumir los costes del que podría ser su último Gran Premio y está decidido a no dejarlo escapar a pesar de las pérdidas acumuladas de 57 millones de euros durante los seis años previos a la activación de la cláusula.

En su intento de mantener la Fórmula 1 en Silverstone, el BRDC ofrece a Liberty los 33 millones de euros que obtiene de la venta de entradas como su último recurso. Ya ni siquiera busca obtener beneficios con la cita, sino que se conforma con conservar la carrera sin tener pérdidas para asegurar la presencia de unos de los circuitos más históricos en el calendario.

“Los ingresos por la venta de entradas irían directamente hacia Liberty. Así, nos pagarían una cantidad razonable para cubrirnos por el uso del circuito y el trabajo realizado. No es una propuesta poco razonable y eso es lo que le hemos ofrecido. La lógica dice que van a llegar a un acuerdo, pero no supone una gran urgencia porque no hay un límite inminente, declaró uno de los miembros del BRDC a Daily Mail.