El nuevo reglamento técnico de la Fórmula 1 que debía entrar en vigor para 2021 ha resultado extremadamente continuista, especialmente en lo referente a motores, a pesar de los intentos de FIA y Fórmula 1 por simplificar los mismos.

Mientras fabricantes como Cosworth y Aston Martin se habían mostrado muy predispuestos a entrar en la Fórmula 1 si los motores de la nueva normativa se simplificaban, especialmente en lo referente a la compleja y costosa MGU-H, los fabricantes ya establecidos fueron más reacios.

Conocido fue el caso de Ferrari que el propio responsable de Cosworth se encargó de relatar. Un episodio en el que Arrivabene relató que Ferrari había gastado 1.000 millones de dólares en los actuales motores, y no estaban dispuestos a eliminarlos de golpe para competir con alguien que apenas invierta un 10% de esa cifra. Fue suficiente para que nada cambiase y se mantuviesen los actuales motores.

Meses de rueuniones, propuestas, contactos con nuevos constructores que acaban de un plumazo por el excesivo poder que algunos equipos han adquirido gracias al conocido como pacto de la concordia. Sin embargo, dicho pacto acaba en 2020, y se vislumbra un panorama diferente.

“El nuevo reglamento no tiene que ser aprobado por la comisión de la Fórmula 1 porque no hay acuerdo más allá de 2020. Seguramente habrá una nueva comisión de Fórmula 1, pero será diferente.”, aseguró Whiting, confirmando que los equipos ya no podrán vetar estas propuestas y que la FIA tendrá más libertad, tanto para lo bueno, como para lo malo.