Son días de recuerdo en el mundo de la Fórmula 1 y a falta de dos jornadas para el 20º aniversario del fallecimiento de una de las figuras más grandes que ha dado la competición: Ayrtonn Senna. Sebastian Vettel -tetracampeón del Mundo de Fórmula 1- recuerda cómo vivió aquel 1 de mayo de 1994. El piloto alemán contaba con seis años -cumpliría los siete en julio- y estaba sentado delante del televisor de su casa, con su padre al lado.

Cuando la pantalla mostró las terribles imágenes del accidente de Ayrton Senna y su Williams en Tamburello, un pequeño Vettel no era consciente de lo que estaba pasando. Pero, tal y como reconoce el germano, supo que era algo serio al ver la reacción de su padre.

"Recuerdo que estaba viendo la televisión con mi padre. Yo era un niño, por aquel entonces. No entiendes del todo qué está pasando, pero supe que era algo serio sólo por la reacción de mi padre. Fue una gran pérdida para la Fórmula 1".

A pesar de lo que muchos pensarían y tras dos décadas sin tener que lamentar una muerte en pista, Sebastian Vettel considera que la Fórmula 1 no debe caer en el error de considerarse totalmente segura, ya que las velocidades siguen siendo realmente elevadas y el peligro permanece en cada final de recta.

"La Fórmula 1 es más segura a día de hoy, pero no lo es del todo. Aún pueden pasar muchas cosas. Por desgracia siempre ha sido necesario aprender de manera drástica con accidentes y sucesos lamentables", declara el piloto alemán de Red Bull a ‘AP’. "Creo que sólo con el paso del tiempo, probablemente en el último par de años, he podido entender lo realmente importante que fue esta pérdida para el deporte, porque he podido trabajar con gente que lo conoció de cerca y que trabajó con él. Fue por eso que mi padre decidió seguir la Fórmula 1".