El veterano ingeniero español Joan Villadelprat, quien trabajó con Schumacher en Benetton, admitió en El País que escuchar al alemán llorando mientras hablaba con su equipo para celebrar su 156º podio hizo que sus propios ojos “se nublaran” pensando en lo que debía de estar sintiendo el Kaiser a sus 43 años.

"Subir al podio, después de los sinsabores que ha vivido en Mercedes desde su regreso en 2010 y de las críticas que ha recibido por parte de la prensa e incluso de algunos pilotos, debió de suponerle un sentimiento íntimo de autosatisfacción: sentir que todo el esfuerzo ha obtenido su fruto", apuntó.

Tras su éxito sobre la pista, la anécdota de la jornada se produjo cuando Michael, preso de la emoción y a pesar de su vasta experiencia en las ruedas de prensa oficiales de la FIA, olvidó la rutina asimilada hace años y comenzó a hablar en inglés cuando debía dirigirse a sus aficionados en alemán. Dándose cuenta del error, sonrió y comenzó de nuevo: "Ahora tal vez en alemán".

Sobre si la emoción del momento era la razón por la que había decidido regresar a la Fórmula 1 después de estar tres años alejado de las pistas, Michael Schumacher respondió: "Sí, es de esos momentos que realmente disfrutas al máximo. El equipo y yo mismo hemos sido criticados, sobre todo últimamente, y ésta es la mejor forma de contestar; estoy orgulloso, agradecido, y muy emocionado", explicó.

Así que con un podio ya en su bolsillo, ¿es hora de pensar en un nuevo contrato para 2013?"Disculpad, no tengo más noticias sobre esa cuestión, así que dadme el tiempo que necesito y ya veremos", insistió el alemán, quien también recibió los elogios del tricampeón del mundo Niki Lauda: "Su calificación en Mónaco fue de maestro, y como vimos en Valencia, aún es uno de los más rápidos si todo va bien", declaró el austríaco al diario Kleine Zeitung.

Rivian R1S: un SUV eléctrico para las familias más numerosas