Era de esperar que el tema Pascal Wehrlein trajera cola después de que, presuntamente por indicación del piloto, el equipo decidiera sustituirlo al no encontrarse éste en plenas condiciones de afrontar la carrera por una insuficiente preparación física.

Ésta actitud, impropia de pilotos que siempre desean probarse y nunca se dan por vencido antes de tiempo ha sorprendido a numerosos aficionados, que han visto algo más detrás y que piensan que no necesariamente fue decisión de Pascal, sino que pudo haber detrás algo más.

Y es que tras lo que en principio no debería ser más que una sustitución de última hora, se esconden los intereses de dos de los grandes constructores de la Fórmula 1. Por un lado, Pascal Wehrlein, piloto de Mercedes y por otro, Antonio Giovinazzi, piloto de Ferrari, todo ello con un prototipo de Sauber y su respectiva unidad de potencia Ferrari, dos pilotos de futuro a los que sus respectivos equipos desean dar el máximo de kilómetros posible.

Las habladurías no se han hecho esperar y hablan de presiones e incluso de actitudes impropias de un piloto ganador. La reacción de Sauber no se ha hecho esperar, mostrando Monisha Kaltenborn su enfado, tal y como ha plasmado Motorsport.com. La jefa de Sauber no entiende la superioridad moral que algunos muestran para juzgar a Pascal Wehrlein, añadiendo que la actitud del piloto, que decidió dejar su puesto a un compañero tras no encontrarse en óptimas condiciones, debería ser loable y en ningún caso criticable.

Monisha también afirma que la forma física de Pascal les pilló por sorpresa, y que no intuían que algo así podía pasar a pesar de haber optado en el circuito de Barcelona por un programa de pruebas muy suave. Y sobre todo, menos aún tras recibir el 'ok' de los médicos. Sin embargo, Kaltenborn se muestra confiada en que Pascal volverá a estar preparado para la próxima carrera, después de intensificar la preparación física del piloto, cuyo daño se ocasionó ya en un lejano 'Race of Champions' en pasado 21 de Enero en Miami.