Daniel Ricciardo fue la sorpresa de la temporada 2014, el que fue su primer año como piloto de Red Bull. El australiano se enfrentó al gran reto de tener como compañero de equipo a todo un tetracampeón del mundo como Sebastian Vettel, quien dominó con mano de hierro en la anterior temporada. El comienzo de la era híbrida estuvo lleno de incertidumbres, entre las cuales Ricciardo brilló.

El ‘aussie’ sumó tres victorias a lo largo de la temporada, mientras que Vettel se quedó a cero en su casillero de triunfos. Si bien es cierto que diversos problemas de fiabilidad afectaron a la campaña del alemán, el rendimiento de Ricciardo fue regularmente mejor que el de su compañero de equipo en Red Bull. De hecho, el australiano finalizó la temporada en tercera posición, solo por detrás de los dos Mercedes.

Vettel abandonó Red Bull a final de ese año para dirigirse a Ferrari. El australiano se mantuvo en el equipo austriaco hasta la pasada temporada, cuando decidió cambiar de rumbo y unirse a Renault en un movimiento que actualmente le está trayendo muchos dolores de cabeza. A la hora de hablar de su año como compañero de Vettel, Ricciardo reconoce que tuvo una campaña sencilla gracias a la falta de presión.

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“Recuerdo que fue emocionante. Tuve la oportunidad de pilotar para un equipo puntero y competir con el tetracampeón del mundo, que era el vigente campeón entonces. Si podía estar cerca de él, al gente diría que yo era muy bueno. No hubo ninguna presión, simplemente fue una opción para mí. Fue genial y lo disfruté”, explicó Ricciardo a Motorsport-Total.

“Aparte de los resultados, quería aprender de Seb. Sé lo meticuloso que es y lo mucho que invierte en el deporte. Él vive y respira la Fórmula 1. No quería copiarle, pero quería sacar algunas cosas de él que encontré útiles, pero manteniendo mi propio estilo. De alguna forma, el año con Seb fue fácil porque no tuve presión. Esperaba que le pudiera afectar más a él”, añadió.