Tras los problemas de Red Bull con Renault y las amenazas expresadas por Helmut Marko y Dietrich Mateschitz en las que aseguraban que podrían salir del Mundial de Fórmula 1 si se mantenía la tónica actual, las esperanzas en una gran recuperación del RB11 no es muy grande. Un buen ejemplo es Daniel Ricciardo, quien no considera una amenaza real a su propio equipo para este año aunque no se rinde.

"Nuestro momento no es fascinante. No es como querríamos correr, pero es lo que tenemos en este momento. Es más difícil luchar cuando no estás arriba, pero siempre hay que mantener una pequeña esperanza", ha señalado el australiano, quien utilizará su cuarto motor en la carrera de Barcelona, por lo que entiende perfectamente el enfado actual dentro de Red Bull, en concreto el del dueño del equipo, Dietrich Mateschitz.

"Si nosotros, los propios pilotos, estamos frustrados, estoy seguro que él también lo está, si no más, porque es su marca, su dinero y su imagen", ha comentado.

Pese a todo, Ricciardo asegura que no sabe si las amenazas son o no reales y si llegarán a llevarse a cabo: "Si las amenazas de salir son ciertas o si vienen directamente de él, no lo sé, pero yo también lo he escuchado, es muy difícil no hacerlo. No está en este deporte para hacer bulto".

Por su parte, el aussie prefiere centrarse en su trabajo y hacer que las cosas vayan cada vez mejor en vez de pararse solo en las cosas malas: "Es una línea muy fina. A veces querrías discutir pero pienso en lo que sucedería y me doy cuenta de que no ayudaría. Todo el mundo sabe en la situación en la que estamos, por lo que no es mi objetivo echar más gasolina al fuego", ha concluido.