Ni una carrera se ha disputado del Mundial 2019 de Fórmula 1, y Red Bull ya se ha visto obligada a realizar un cambio de chasis. Dicho cambio se ha llevado a cabo tanto en el vehículo de Max Verstappen como en el de Pierre Gasly, tal y como ha relevado la FIA en la documentación referente al escrutinio de los vehículos.
Red Bull estaba preocupado por un potencial problema en la zona del tanque de combustible del que no han dado más datos. Debido a la zona en la que se coloca el depósito, resulta más sencillo cambiar por completo el chasis, la llamada célula de supervivencia, que trabajar directamente sobre el chasis.
El equipo de la bebida energética descubrió la problemática antes del comienzo de la sesión de entrenamientos libres del viernes, pero debido a la reglamentación en materia de seguridad, un equipo que realice un cambio de este tipo, no puede utilizar el chasis hasta el día siguiente, por lo que Red Bull no habría podido participar en ninguna de las dos sesiones, motivo por el que decidieron esperar a realizar el cambio hasta el final de la segunda sesión de entrenamientos libres.
El cambio no debería tener una incidencia mayor al de la mera anécdota, aunque sí despierta suspicacias sobre lo que Red Bull ha podido detectar en su llegada a Australia, sin detallarse tampoco si son cambios directamente relacionados con la llegada del paquete de mejoras esperado para el Gran Premio de China que ha logrado adelantarse a esta primera carrera de la temporada.
Si ha llamado la atención el mayor trabajo que el equipo ha realizado durante la tercera sesión de entrenamientos libres, rodando la mayor parte de la sesión con el neumático medio, en una pequeña tanda de carrera, mientras la mayoría de los rivales intentaban vueltas rápidas.
