El fin de semana del Gran Premio de Canadá pintaba muy bien para McLaren tras meter a sus dos monoplazas en la Q3. Lando Norris y Carlos Sainz clasificaron en la octava y en la novena posición, respectivamente, aunque una sanción relegó al madrileño al 11º puesto de la parrilla. Los dos pilotos realizaron una buena arrancada para meterse en la pelea por los puntos, pero los problemas mecánicos comprometieron la carrera de ambos.
Sainz se vio obligado a adelantar su parada en la cuarta vuelta debido al sobrecalentamiento de sus frenos, una circunstancia que apagó pagando cara al final de la carrera al sufrir un desgaste que le impidió mantener el ritmo de sus rivales. Peor le fueron las cosas a Norris, quien sufrió un problema similar que su compañero, pero con un desenlace más incomprensible.
Norris se encontraba en la novena posición, aunque todavía no había pasado por boxes, cuando la suspensión trasera derecha de su McLaren dijo basta. Este problema ocurrió sin que Norris hubiera tocado ningún muro, pero el sobrecalentamiento de la parte trasera provocó que el triángulo de suspensión del monoplaza se derritiera, causando este insólito fallo mecánico en mitad de la carrera.
Aun así, en McLaren todavía están investigando por qué se dio este problema que tuvo consecuencias tan catastróficas en el vehículo de Norris. “Lo estamos investigando. La parte trasera se sobrecalentó con un problema mecánico, pero todavía tenemos que encontrar las razones. Las temperaturas de repente subieron y los frenos se gastaron. Vimos que se fue largo y ahí fue donde empezó todo”, declaró Andreas Seidl a Motorsport.com.
Por su parte, Norris comentó que no tuvo ninguna advertencia antes del problema que le dejó fuera de carrera. “Todo estaba bien. Me dijeron que los frenos se estaban calentando un poco, pero aparte de eso no pasaba nada. No me dijeron que tenía que parar y no podían ver lo que estaba pasando. Simplemente ocurrió y ahí se terminó la carrera”, explicó el británico.
