Los desafíos de este trazado están en la fuerza “G” que van a soportar los pilotos, ya que compite en sentido contrario a las agujas del reloj y la curva 8 ya que es un triple vértice a izquierdas, hasta donde se llega procedente de una bajada.

Las últimas curvas antes de la recta final también son un reto para los pilotos. Nos referimos a las 12-14 que son hacia la izquierda, derecha y nuevamente hacia la izquierda. Es un sector de poca velocidad que viene luego de atravesar por la recta más rápida del circuito. Por todo esto es frecuente que aquí se produzca “graining”.

Es un circuito con fuertes velocidades y frenadas bruscas por los que los neumáticos tienden a desgastarse. Otro tema a tener en cuenta es que en esta edición del Gran Premio de Turquía, se decidió anticipar la fecha de realización por lo que las temperaturas no serán un problema este año.

Hirohide Hamashima, director de desarrollo de Bridgestone Motorsport: “Este circuito nos brinda una alta gama de diversos tipos de curvas, es un trazado difícil para lograr una buena puesta a punto para aprovechar al máximo los neumáticos. Posee lugares de alta velocidad y de bruscas frenada, esto provocara que los neumáticos se recarguen de energía por lo que hay que estar atentos al excesivo desgaste del caucho. Es un trazado que demás de ser un reto a los neumáticos, también los es para los pilotos debido a que compiten en el sentido contrario a las agujas del reloj”.

En la curva 8 es donde se produce la mayor fuerza G por lo que recurrimos a nuestra gama de neumáticos blandos que son más duros si los comparamos con nuestros neumáticos blandos con ranuras que empleábamos la temporada pasada. Estos neumáticos fueron diseñados en base a la información que poseíamos de temporadas anteriores por lo que dudo que tengamos problemas”.