Tras un fugaz paso por Europa, la Fórmula 1 llega a su tradicional cita con el Gran Premio de Canadá. La cita americana es una de las favoritas para los pilotos, no solo por las características del trazado, sino por la diversión que suelen encontrar en la ciudad de Montreal.

El circuito Gilles Villeneuve se ha asentado en el calendario como uno de los míticos del Mundial, presente en el calendario desde 1978, con únicas ausencias en 1987 y 2009. Mercedes buscará regresar a su mejor nivel en el trazado semi-urbano, después de un GP de Mónaco en el que Red Bull maximizó su potencial para llevarse una magistral victoria de la mano de Daniel Ricciardo. Canadá no debería ser tan favorable para el equipo austriaco; sus largas rectas lo convierten en un circuito de potencia y ahí es donde Red Bull encuentra su principal flaqueza.

Pese a que, en un inicio, todos los motoristas planeaban traer su segundo motor para la cita canadiense, Mercedes se ha visto obligada a retrasarla hasta el próximo GP de Francia. El fabricante alemán ha decidido posponer su introducción hasta la prueba francesa debido a un “problema de calidad”.

Rápido y favorable a los adelantamientos

El Circuito Gilles Villeneuve –originalmente Circuit Île Notre-Dame- es uno de los más singulares del Mundial. La pista está emplazada en la isla artificial de Notre-Dame, en el río San Lorenzo, fruto de la tierra restante de las excavaciones del metro de Motreal a mediados de la década de los 60. Al margen del islote se encuentran los canales utilizados para las pruebas de remo durante los Juegos Olímpicos que la ciudad albergó en 1976

El trazado es uno de los más rápidos del campeonato, con largas rectas y con numerosas opciones de adelantamiento. Además, el 'muro de los campeones' es, sin duda, una de sus señas de identidad. Que se lo pregunten a Michael Schumacher o a Damon Hill; una mala entrada en la última chicane puede significar el final de la sesión para los pilotos.

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La pista tiene una longitud de 4,361 kilómetros, conformados por un total de 14 curvas. Los pilotos darán un total de 70 vueltas en la carrera del domingo. Las zonas de DRS principales serán las situadas en la primera y última recta del circuito, aunque la FIA ha decidido añadir otra adicional, entre las curvas 7 y 8, con el objetivo de favorecer el número de adelantamientos. El récord de vuelta está en manos de Rubens Barrichello, 1:13.622 (2004).

En 2017, Lewis Hamilton firmó la recuperación de Mercedes tras un decepcionante GP de Mónaco. La escudería selló el doblete con una segunda posición del Valtteri Bottas, en una prueba que no fue positiva para los españoles: Carlos Sainz abandonó por un accidente y Fernando Alonso se vio obligado a retirarse en los últimos compases por un problema de motor.

Pirelli repite la estrategia de Mónaco en Canadá; llevará los mismos compuestos: el superblando (rojo), ultrablando (violeta) e hiperblando (rosa). El compuesto más blando dio buenos resultados en Montecarlo según la marca milanesa, por lo que también debería funcionar en el Gilles Villeneuve.

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Aunque la lluvia suele tener presencia en algún momento del fin de semana, en principio se espera una climatología favorable durante los tres días de acción en pista. El mejor será el viernes, donde lucirá el sol durante toda la jornada. Las nubes aparecerán el sábado y domingo, aunque no traerán consigo precipitaciones.

Los horarios sí romperán el esquema de las dos últimas carreras. Los Libres 1 arrancan el viernes a las 16:00, hora española. Los Libres 2 darán comienzo a las 20:00. Para el sábado, Libres 3 a las 17:00 y Clasificación a las 20:00. El semáforo se apagará el domingo a las 20:10 para dar comienzo a la séptima carrera del año. Como siempre, podrás seguir toda la acción en pista a través de CarandDriver.es y nuestro directo.