Es el décimo de su especie, el número 10 desde que Mercedes decidió retornar a la Fórmula 1, emprendiendo en esta ocasión un camino en solitario, sin asociaciones. Además, es el sexto de la era híbrida, la cual han dominado los alemanes a placer.
El fabricante alemán busca extender su dominio más allá de lo que lo hizo Ferrari en su era dorada, para lo cual ya ha avisado Mercedes que será más difícil que nunca, pues incluso acusa a la Fórmula 1 de haber preparado normas con el único fin de hacer que dejen de ganar.
El W10 llega en unos colores similares a los de otros años, aunque sí con sutiles cambios en el diseño que presentan cierto aire fresco. Las flechas plateadas conservan su tono gris así como el color de su mayor patrocinador, Petronas.