La marca Pirelli es la actual proveedora de neumáticos de la Fórmula 1. Tras su regreso al Gran Circo en 2010, la compañía milanesa estará presente en la competición hasta 2013 pero no se descarta una ampliación del actual contrato. Aunque recientemente se ha especulado con la posible entrada de otro proveedor de gomas para aumentar la incertidumbre y crear una guerra entre fabricantes de neumáticos, el responsable de Pirelli en la categoría reina, Paul Hembery, se muestra contrario a tal propuesta.

En opinión del británico, una "guerra de neumáticos" no sería interesante para el espectáculo que generan los monoplazas en pista y sería económicamente muy costoso. "Trabajamos para el deporte. El deporte tiene que decidir que es lo que quiere. Si quieren una guerra de neumáticos de nuevo, como ya hicieron a principios de los años 2000 cuando la audiencia desapareció, entonces ése será el nuevo enfoque. No depende de nosotros decidir", afirmaba Hembery.

A parte de su opinión personal, el responsable de Pirelli ha señalado que las escuderías de la parrilla no están interesadas en la coexistencia de dos proveedores en una misma temporada de Fórmula 1. "Esperaremos y veremos si las reglas cambian. Si cambian, entonces lo consideraremos. De momento, los equipos no están nada interesados en una guerra de neumáticos", comentaba el británico.

"Todos los equipos con los que he hablado no quieren la guerra de neumáticos. Lo ven como un gasto de dinero en una área que no pueden controlar y tiene un valor limitado para el público", añadía el responsable de la marca milanesa.

Además de perjudicar al espectáculo de la Fórmula 1 y a la gran expectación entorno a las estrategias y comportamiento de los neumáticos, Hembery afirma que generar una guerra de neumáticos provocaría un incremento de los costes. "Primero tendríamos que ver las reglas, ¿qué significa tener una guerra de neumáticos? Si significa gastar cien millones de euros en ir medio segundo más rápido y que ni tan siquiera puedas demostrar que tienes los mejores neumáticos porque los equipos seguirán dominando, no tiene sentido", señalaba el responsable de Pirelli en el Gran Circo.

"Nadie podía averiguar qué neumáticos llevaba cada monoplaza o su rendimiento real cuando existía la guerra de neumáticos. Nadie lo sabía porque todo el dinero se estaba gastando en tratar de buscar rendimiento que el público no podía ver. Y si el público no puede verlo, no lo entienden", añadía Hembery.

Para el británico, tener a dos proveedores de gomas podría dificultar las cuestiones relativas a la seguridad ya que las compañías tratarían de conseguir el máximo rendimiento aún sobrepasando los límites de lo posiblemente aceptable.

Para el responsable de Pirelli, la decisión de no disputar la carrera de Indianápolis en 2005 por parte de los equipos que calzaban neumáticos Michelin es un claro ejemplo de los términos de seguridad que pueden verse dañados. "Las empresas de neumáticos empujarían las barreras de la seguridad porque es ahí donde consigues rendimiento. Como vimos en Indianápolis, ése es el último efecto de la guerra de neumáticos. No creo que sea bueno para los fabricantes de neumáticos y tampoco para el deporte", finalizaba Hembery.