Sin hacer mucho ruido al comienzo de la prueba y mucho ruido al final. Daniel Ricciardo repitió el guion que tan bien le está funcionando en sus últimos años. Fruto de las sanciones, debió salir al fondo del pelotón, lo cual no mermó su ánimo y se lanzó a por un gran resultado.

Si bien su remontada en las vueltas iniciales no fue tan llamativa como la de Max Verstappen, Daniel evitó los líos, lo que a la larga resultó muy efectivo, especialmente con su estrategia cruzada de neumáticos que le permitió rodar sin excesivo tráfico y poder quitarse sin problemas al gran pelotón formado por los Williams y los Force India, que, de haberse encontrado en pista, le hubiera costado numerosos segundos quitarse de encima.

Ricciardo finalizó su remontada con un gran adelantamiento a Kimi Raikkonen, apurando la frenada al máximo hasta el punto que el finlandés ni se lo esperó y poco pudo hacer por defenderse. En ese momento Daniel intentó lo imposible por alcanzar a Sebastian Vettel por el podio, recortándole un segundo por giro a ritmo de vuelta rápida, hasta que la eficiencia de los superblandos de Ricciardo bajó y se quedó a cuatro segundos de la gloria, marcando igualmente una carrera excepcional que bien merece el galardón de piloto del día.

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