El Gran Premio de Canadá tuvo el mismo final que el resto de citas de la temporada de Fórmula 1 disputadas hasta el momento: un Mercedes se hizo con la victoria. De esta forma, el equipo de Brackley mantiene su invicto de triunfos durante un fin de semana más, pero este evento fue el más complicado para la marca alemana debido a la multitud de problemas que se encontraron durante los tres días de la prueba.

La pila de obstáculos de Mercedes comenzó el viernes por la tarde, cuando Lewis Hamilton cometió un error muy poco habitual al chocar con el muro exterior de la curva 8. La parte trasera del monoplaza quedó destrozada debido al golpe, por lo que el británico se perdió la mayor parte de la sesión y no pudo realizar simulacros de clasificación y carrera. De esta forma, Hamilton afrontaba a la jornada del sábado sin apenas datos recogidos.

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No solo los problemas de Mercedes llegaron a través de la estructura de fábrica. La marca alemana introdujo su nueva versión del motor en todos los monoplazas a los que suministra unidades de potencia. Las alarmas comenzaron a saltar con el fallo mecánico sufrido por Lance Stroll, cuyo Racing Point comenzó por la parte trasera debido a una incidencia en su propulsor.

A pesar de estas preocupantes circunstancias, Hamilton se quedó muy cerca de hacerse con la pole, pero fue Sebastian Vettel quien se hizo con el mejor tiempo en la clasificación. Tras este positivo resultado teniendo en cuenta lo ocurrido el viernes, las alarmas volvieron a saltar en Mercedes cuando detectaron una fuga hidráulica en el monoplaza del británico el sábado por la tarde.

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Los mecánicos de Mercedes trabajaron a destajo para reparar la fuga y preparar el monoplaza de Hamilton sin saber si estaría listo a la hora de la carrera. De hecho, todavía estaban realizando ajustes en el vehículo en la parrilla de salida y no estaban seguros de que el vehículo pudiera terminar la prueba. Finalmente, no solo Hamilton completó la carrera, sino que se llevó una inesperada victoria que no estuvo exenta de polémica.

Aunque esta fue la primera vez esta temporada que un Mercedes no pasó por meta en primera posición, el equipo de Brackley salió fortalecido tras su fin de semana más difícil de la campaña hasta el momento. Hamilton se marchó de Canadá todavía más líder del mundial y Mercedes hizo toda una demostración de las fortalezas que le han permitido dominar la Fórmula 1 con mano de hierro desde el comienzo de la era híbrida.