Los equipos parecen haber encontrado el equilibrio en la selección de neumáticos de cada Gran Premio, y ni el cambio de escenarios notables, como el paso del calor del desierto a un circuito de lo más convencional, como China, parece ser capaz de marcar diferencias.

Paradójicamente, para el circuito de Shanghái, algún piloto ha sorprendido con su selección de neumáticos duros, siendo mayor que la de Bahréin, como es el caso de Antonio Giovinazzi y Alfa Romeo, que tendrán tres neumáticos duros, cuando la inmensa mayoría tienen dos, con Hamilton, Leclerc, Ricciardo, Grosjean y Russell, con el único juego obligatorio.

Esto provoca que la mayoría de diferencias se concentren en el neumático medio, variando la selección de los dos juegos que tendrán el anteriormente mencionado Antonio Giovinazzi, así como Lando Norris y Carlos Sainz, en amplio contraste con los cinco juegos de Charles Leclerc, por ejemplo.

En cuanto a los blandos, quizás motivados por su potencial en clasificación, McLaren ha sido la que más juegos ha solicitado, con un total de nueve, estando el resto de la parrilla entre ocho y siete, teniendo Mercedes y Verstappen uno más que los Ferrari.

Para esta prueba, Pirelli se ha decantado por su gama media de neumáticos. Es decir, el C2, C3 y C4, quedando fuera de juego el más duro de todos, el C1, y el más blando, el C5. En el pasado, la gestión de gomas en el circuito de Shanhái ha sido un quebradero de cabeza, especialmente por la larguísima primera curva, que estresaba en exceso las gomas delanteras, por lo que generalmente se optaba por compuestos duros, pero que luego costaba entrar en su adecuada temperatura debido a las larguísimas rectas.

El Gran Premio de China será el tercer evento de la temporada, el cual será la Pirelli carrera 1.000 de la Fórmula 1, que tendrá lugar el próximo 14 de abril.

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