McLaren y Renault estuvieron cerca de no poder participar en la jornada de viernes del Gran Premio de Japón. Los dos equipos se vieron afectados por el retraso en el transporte de gasolina por parte de su suministrador, Castrol. Estos retrasos tuvieron su causa en el tifón que actualmente se encuentra en el área, además de que el envío se quedó atascado en las aduanas de Tokio por el desborde de los retrasos acumulados.

Esta insólita situación puso en peligro la participación de McLaren y Renault en los primeros entrenamientos libres en Suzuka, pero finalmente la gasolina llegó a tiempo para que ambas estructuras pudieran prepararse para salir a rodar en la primera práctica. El envío del carburante llegó a las cuatro de la madrugada al circuito, por lo que los dos equipos tuvieron que romper el toque de queda para poder trabajar en los coches.

La ruptura del toque de queda de la madrugada del jueves al viernes en Suzuka fue la primera de la temporada para Renault, mientras que para McLaren fue la segunda y última permitida por la normativa tras hacer uso del primer ‘comodín’ en Hockenheim. Sin embargo, debido a que esta circunstancia se debió a causas fuera del control de los equipos, la FIA anunció que este toque de queda no contaría dentro de los ‘curfews’ permitidos a lo largo de la temporada.

De esta forma, Renault todavía conserva sus dos ‘comodines’ disponibles hasta el final de la campaña, mientras que McLaren dispondrá de un toque de queda extra para el resto de carreras de la temporada. Los dos equipos pudieron participar en los entrenamientos libres sin ningún tipo de problema y siguiendo el programa habitual de la jornada de viernes.