Dos equipos comenzaron la temporada 2018 de Fórmula 1 con graves problemas. Por un lado, Williams, y por otro Force India. A ellos, más tarde, se sumó McLaren, que si bien la versión inicial no fue mal, fue imposible evolucionarla sin entrar en pérdidas.

Así mientras Force India consiguió detectar sus problemas y ponerle solución de forma efectiva, ni Williams ni McLaren consiguieron reconducir su situación. En el caso de los de Woking, han admitido que encontrar el origen del problema muy tarde, durante el parón veraniego, impidió ponerle solución.

Sheikh Mohammed bin Essa Al Khalifa, uno de los máximos accionistas de Mclaren, ha sido claro al respecto en palabras recogidas por Autosport; “Si hubiéramos descubierto antes el problema, habríamos hecho un B-Spec. Pero ya era demasiado tarde. No lo detectamos hasta las vacaciones de verano. Cuando nos cercioramos del problema, era tarde.”, afirmó.

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“No sé si queremos hacer público lo que descubrimos y por qué, pero hemos tomado medidas y el desarrollo del vehículo de 2019 nos ha ayudado a comprender qué fue lo que salió mal aquí. Estamos seguro de ello. Sabemos por qué no hemos podido evolucionar el vehículo de 2018. Fue un problema fundamental y creo que ya lo hemos abordado.”, concluyó el príncipe heredero.

El no construir un nuevo vehículo que solucionase la poca competitividad de McLaren fue algo que se le echó en cara al equipo, llegándose a cuestionar si con Ron Dennis al mando hubiera ocurrido algo así. Pero lo cierto es que la falta de test convirtió el detectar el problema original en todo un reto, que aunque aseguran haberlo encontrado, no les impidió perder una temporada 2018 que comenzó con muy buen pie y terminó de forma desastrosa.