“En algunas semanas hemos ido un poco justos, pero hemos conseguido recuperar el programa normal. Si hubiéramos cambiado el motorista antes, habríamos podido hacer muchas más cosas con antelación, pero, de cualquier modo, siempre apuramos en partes como el chasis o el emplazamiento de la caja de cambios, aunque llegamos a un momento de tenemos que terminar el chasis ya y necesito saber qué motor vamos a montar.”, comentaba Matt Morris, responsable de ingeniería del equipo McLaren, contando los inconvenientes que les ha supuesto el acuerdo tardío entre el equipo británico y Renault.

Y es que, como ya explicó el propio Zak Brown, llegaron a superar la fecha límite para confirmar el motor, y verdaderamente temían que el equipo no pudiera estar listo para el comienzo de los test de pretemporada. Afortunadamente para el equipo de Fernando Alonso, los retrasos se han ido compensando y el equipo se encuentra en un punto no diferente en cuanto a otras pretemporadas.

O al menos, no diferente en lo que se refiere a los plazos, porque en los aspectos que implican al motorista, McLaren si ha percibido mejoras que invitan al optimismo. “Ciertas cosas que hemos estado haciendo con Renault nos indican que estaremos mejor preparados para el primer día en Barcelona de lo que hemos estado antes con Honda. Con el motor Renault, deberíamos llegar a los test de pretemporada en la mejor posición posible.”, afirmó el responsable de McLaren, particularmente contento con la nueva unidad de potencia.

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Matt, sin embargo, confesó que no todo eran buenas noticias, y que el equipo había sufrido en lo referente a las adaptaciones para encajar el ‘halo’, obligatorio para la temporada 2018 y comunicado a los equipos el verano previo. Fue muy difícil pasar las pruebas. No podemos decir que las pasáramos de forma cómoda, hubo momentos en que casi tuve un infarto. Cuando hicimos las pruebas estáticas desde ciertos ángulos, encontramos algunos problemas, pero pudimos reaccionar lo suficientemente temprano."

Sin duda, en McLaren, a dos semanas de poner el coche en pista, se respira un ambiente muy diferente al de temporadas pasadas, especialmente 2017, en el que iba a ser un momento crítico para el equipo.