Kevin Magnussen ya mira al futuro tras romper su relación con McLaren de cara a 2016 y con muy pocas posibilidades de obtener un asiento oficial en Fórmula 1 para el año que viene.

Entre sus opciones está la más que apetecible plaza vacante en el equipo Porsche del Mundial de Resistencia en la categoría LMP1 para las 24 Horas de Le Mans, con los que esta semana está realizando en Barcelona una primera toma de contacto junto a dos rivales directos por ese asiento: Mitch Evans y Oliver Turvey.

La razón de que Porsche tenga esta vacante en su programa es porque en 2016 coincidirán las 24 Horas de Le Mans y el Gran Premio de Europa en Azerbaiyán, lo cual impide a Nico Hulkenberg -ganador de la edición de 2015- ponerse al volante del prototipo alemán.

"Es fácil sentir que es probablemente el coche de carreras más avanzado del mundo ahora mismo. No puedo esperar para volver a subirme", dijo Magnussen el martes tras sus primeras vueltas, quien no se subía a un coche de carreras desde que sustituyese a Fernando Alonso en el Gran Premio de Australia en el mes de marzo.

"He estado esperando esto como loco”, ha confesado a la TV2 danesa. "Estaba un poco nervioso al principio, pero desapareció al empezar. Fui el más rápido y eso es muy importante. Los tres pilotos gozamos de las mismas condiciones, por lo que fue bastante justo para todos", ha apuntado antes de referirse a las características del coche.

"Es un coche realmente chulo. No es tan rápido como un Fórmula 1 pero solo por el peso. Si un F1 fuese tan pesado no podría competir con el Porsche así que, de algún modo, Porsche ha sacado más de su coche de lo que hace la Fórmula 1 con los suyos. En rendimiento puro, es el mejor que he pilotado", ha concluido.