Sólo algunos de los equipos con motor Mercedes estuvieron capacitados en los recientes test de pretemporada en Bahréin de poder realizar un simulacro de carrera. Nico Rosberg y Jenson Button fueron unos de los privilegiados que consiguieron completar dicho intento de Gran Premio de forma fidedigna y ambos no pudieron expresar su cierta inquietud sobre el desarrollo del mismo.

El alemán reconoció nada más acabar la jornada que le resultó muy engorroso la gestión de los 100 litros de carburante, sobre todo por el hecho de que la maximización del rendimiento en las diferentes fases del simulacro era muy complicada.

"Bahréin es la peor pista, por lo que hoy fue duro llegar al final de la carrera con 100 litros. Esto va a ser un gran desafío en Melbourne y por eso lo hicimos hoy, para probar y juzgar esto y asegurarse de que obtienes la mayor velocidad desde el principio hasta el final de la carrera mientras mantienes de forma consistente el consumo de combustible", desveló el compañero de Lewis Hamilton.

Por su parte, Button apuntó que lo verdaderamente enrevesado no fue el finalizar el recorrido, sino hacerlo a un ritmo decente. Según el inglés, esto se debió en parte a la gran mejoría que aún existe en lo que a puesta a punto de la mecánica se refiere, campo en el que todas las escuderías se están esforzando para llegar en condiciones a la celebración de la primera cita.

"Terminé la distancia de un Gran Premio, pero en los test es relativamente fácil de hacer, ya que simplemente conduces muy lento. Creo que todos vamos a encontrarlo complicado y hay mucho de puesta a punto que es echada en falta por todo el mundo. Creo que la mayoría de la gente está tratando de preparar el coche paralograr completar una distancia de carrera. ¡Ese es el mayor problema!"

Rosberg también hizo hincapié en lo cruciales que serán los primeros compases de la prueba, y como condicionarán estos el devenir de la competición. Debido a la variabilidad en el consumo de la gasolina, predecir de forma exacta dicho factor será tremendamente complejo, por lo que la comunicación con los ingenieros cobrará una importancia mayor aún esta temporada.

"Tú puedes poner tu consumo de combustible sobre el guion, pero cuando tienes un coche pesado se necesita mucho más combustible para conseguir este coche ruede en la pista, a pesar de que vayas más lento de lo que vas al final de la carrera cuando se tiene un coche ligero. No es necesario fijar el mismo nivel del consumo de combustible de principio a fin, varía. Es bastante complicado y definitivamente vamos a necesitar una gran cantidad de ayuda y asesoramiento de los ingenieros".

Por otro lado, el campeón del mundo de 2009 quiso también recordar la repercusión que todas estas variables tendrán en el pilotaje, el cual se verá muy afectado a pesar de la reducción total de litros disponibles en el depósito. Y es que, según defendió Jenson, las referencias de frenada, así como las tareas que los conductores tendrán que afrontar al volante, provocarán que al corredor le sea más difícil conseguir cuadrar su cabeza entre tantas obligaciones.

"Los neumáticos sufrieron con 150 kilos de combustible [el año pasado] por lo que los coches eran endemoniadamente más lentos [en la carrera]. Ahora pones sólo 100 kilos en el coche, por lo que hay una menor diferencia cuando te metes en condiciones de carrera. En línea recta es mucho más lento y el motor hace muchas cosas diferentes, y hace algo diferente cada vuelta de la carrera. Eso dificulta a un conductor cuadrar su cabeza, porque lo que él sintió en la vuelta anterior en la frenada ha cambiado por completo en la siguiente vuelta. Los puntos de frenada son muy difíciles y creo que es la cosa más extraña en la carrera", concluyó.