El pasado fin de semana se cumplieron 22 años de aquel trágico fin de semana del GP de San Marino de 1994, donde hubo una cantidad indecente de accidentes sobre el trazado de Imola, e incluso dos mortales: el de Ayrton Senna en carrera, y el de Roland Ratzenberger en clasificación.

Así, ocho mil días después de lo ocurrido el último sábado de abril del '94, los padres del ex piloto del equipo Simtek han aceptado lo ocurrido que tanto sorprendió y chocó a todo el mundo por aquel entonces: "He aceptado lo ocurrido. Mi mujer y yo seguido pensamos qué hubiera pasado si (en lugar de fallecer, en el accidente) se hubiera quedado paralítico o alguna fatalidad como la de Michael Schumacher", ha reconocido Rudolf Ratzenberger a la revista alemana Auto Bild. "Eso le hubiera podido pasar a Roland".

"Así que quizá puedes pensar que podría haber sido peor. Aunque lo peor que te puede pasar es perder tu vida, para los padres, creo que hay incluso peores escenarios que una muerte repentina con lo que todo acabó", ha concluido Rudolf.