La gala de entrega de premios de la FIA suele tratarse de un mero acto formal para dar por concluida la temporada de las competiciones que el órgano de gobierno tiene bajo su ala. Los campeones de cada categoría recibieron su reconocimiento, con especial protagonismo para la Fórmula 1. Lewis Hamilton tenía todas las papeletas para llevarse todos los focos con su quinto mundial, pero al final el protagonista de la noche fue Kimi Raikkonen.

El piloto finés se mostró sospechosamente más dicharachero de lo habitual durante el desarrollo de la gala, probablemente debido al consumo de una cantidad excesiva de bebidas alcohólicas. Raikkonen se convirtió en el alma de la fiesta, algo que quedaba claro con solo ver sus reacciones cuando la realización le enfocaba, haciéndose cada vez más notable con el paso de los minutos y eclipsando al bigote de su compañero en Ferrari hasta este año.

Raikkonen tenía muchas ganas de charla con cualquiera que se encontrara en su camino, sin importar que se tratara de Sebastian Vettel o de Mick Schumacher. El colofón de la noche llegó a la hora de recoger su premio por el tercer puesto en el mundial de Fórmula 1. Mucho más contento de lo que suele mostrarse, Raikkonen fue todo un espectáculo en sí mismo durante su breve aparición en el escenario.

La fiesta no terminó ahí. A la salida de la Filarmónica de San Petersburgo, Raikkonen estaba a punto de subirse al coche cuando decidió ir a saludar a los aficionados que estaban presentes. El finés firmó autógrafos para los fans y no dudó en ponerse un gorro típicamente ruso para divertir a los fans. Kimi en estado puro.

Muchos dudaban de si Raikkonen sería capaz de levantarse al día siguiente tras tales niveles de festividad. Con una publicación en las redes sociales, el finés confirmó estar recuperado de su borrachera mientras posaba con el trofeo que puede que no recordara recibir en el momento.