Unas horas antes del inicio del Gran Premio de Alemania, el delegado técnico de la FIA Jo Bauer abrió la caja de Pandora al poner de manifiesto que los monoplazas de Red Bull usaban unos mapas motor de dudosa legalidad en Hockenheim. Los comisarios convocaron a Adrian Newey, que les expuso sus argumentos y les convenció de que su último ingenio no infringe la ley puesto que respeta los términos del reglamento si bien no su espíritu.

La publicación alemana Auto Motor und Sport ha revelado que hoy, lunes 23 de julio, todos los directores técnicos de la categoría reina se han reunido para hablar sobre el 'affaire' Red Bull. Ayer, Christian Horner reconoció que es más que plausible que la FIA matice de nuevo el Reglamento tras lo sucedido.

Peter Sauber, fundador de la escudería que lleva su apellido, ha hablado alto y claro al respecto. "Esto se debe acabar. Si no es así, lo que pasará es que tiraremos por la ventana mucho dinero y eso es precisamente lo que la FIA quería evitar con la nueva normativa".

El jefe del equipo McLaren, Martin Whitmarsh, coincide con el suizo al afirmar que si la Federación no toma medidas y modifica la normativa el resto de escuderías se verán obligadas a imitar los pasos de Red Bull, un hecho que les costaría "mucho dinero".