La llegada de Paddy Lowe a Mercedes vaticinó la hipotética salida de Ross Brawn del equipo de Brackley. Actual jefe de equipo de las flechas plateadas, el británico cederá gradualmente sus responsabilidades al actual director ejecutivo de la área técnica pero en los últimos días Brawn ha manifestado su voluntad de querer marcharse de la escudería, aunque podría cambiar de opinión.

El presidente no ejecutivo del Consejo directivo de Mercedes, Niki Lauda, espera y se muestra confiado en que el actual jefe de equipo no cumpla con sus palabras y, por el contrario, permanezca en la marca de la estrella en 2014. Después de conversar en Japón con el británico y tratar de convencerle para continuar ligado al equipo, el tricampeón austríaco insiste en que Brawn es la persona de referencia en la formación de Brackley. "En el pasado, hemos tenido algunos pequeños problemas en el equipo, pero ahora todo está resuelto", señalaba.

Lauda afirma que, tras la conversación en Suzuka, el tema de la continuidad de Brawn se volverá a tratar al final de la campaña: "Todo está acordado entre él, Paddy Lowe y el resto. Es el número 1. He intentado persuadirlo para que se quede. Quiero que se quede. Hablaremos de nuevo al final de tempoada", comentaba al diario británico Daily Mirror.

El austríaco no quiere perder a Brawn, la persona que compró el antiguo equipo Honda y lo transformó en Brawn GP para, un año más tarde y ya en 2010, 'crear' la escudería Mercedes. Al frente del equipo desde la primera temporada de regreso de la compañía de Stuttgart como equipo a la Fórmula 1, el británico ha guiado a las flechas plateadas para lograr las cuatro victorias que suman en su 'moderno' palmarés. Conocedor del intenso trabajo realizado, Brawn tendrá la última palabra sobre su continuidad: "Dependerá de él. Diría que es 50-50", señalaba Lauda respecto a las posibilidades de permanencia del británico.