El lugar de origen de Jenson Button, Lewis Hamilton, Christian Horner o Bernie Ecclestone, es una isla llamada Gran Bretaña, la más extensa de Europa, continente que a algunos de allí en nada gusta. Engloba a tres naciones, Inglaterra, Gales y Escocia, monarquías parlamentarias y constitucionales, con peculiaridades inherentes en las dos últimas. Este trío suma 230.000 kilómetros cuadrados para 64,1 millones de habitantes. Generan un PIB (nominal) de casi tres billones de dólares, el quinta a nivel global. Lo reparten cada vez más de manera neoliberal. Territorio de grandes inventores que trajeron la revolución industrial. Un siglo después llegó la musical. Luego, en 1977, Sex Pistols lanzaron su 'God Save the Queen', tema que a la monarca no agradó nada de nada. Respecto a Silverstone, todo nace en las pistas de un antiguo aeródromo con solo ocho curvas. Tras numerosas modificaciones, a lo largo del tiempo, hoy son 18 en un trazado llano, moderno, muy rápido, de alta velocidad y especialmente exigente con los monoplazas.

También Fernando Alonso se puso a luchar contra los elementos hace tiempo, ya fuesen atmosféricos, técnicos e incluso los referentes al azar, para sacar adelante el proyecto McLaren-Honda. "Además de puñetazos, no puedo hacer nada más para ayudar a Honda", confesó el asturiano. Yo quizás precisaría en decir mejor que lo que hace es 'defender' dentro del cockpit tan arriesgada apuesta, respecto al regreso de Honda como motorista, después de tantas temporadas fuera del circo. "Desafortunadamente en la Fórmula 1 no hay un botón mágico que se pueda tocar, para que de un día para otro se pueda llegar a un cierto nivel", añadió más tarde a la vez que comparaba lo logrado por su escudería en la segunda temporada con lo firmado en su momento por Mercedes. Y aunque no dijo nada de la primera brillante temporada de los Brackley, año 2010, sumando tres podios y 214 puntos, lo cierto es que el MP4-31 del Gran Premio de Austria, pareció mostrar garra de una vez por todas; ¡fiabilidad algo menos!

Lo de la pista de Spielberg el pasado fin de semana pareció una película de ciencia ficción obra de Steven. Todo arranca, nunca mejor dicho, con unos bordillos 'serrados' de grandes dientes, ver tiburón. Algunos los han tildado como 'disuasores', aunque en realidad necesitan de un forfait para hacer cumbre. Otros afirman que son 'reductores de velocidad', ni más ni menos que en un trazado de Fórmula 1, sumados a unas 'salchichas' amarillas, con más de cinco centímetros de altura vertical añadida, que delimitan los márgenes de la pista por detrás de citados bordillos. Y yo me pregunto: ¿Qué tal mejor llamarlos muros horizontales? ¿O sencillamente decir que son una barbaridad, un enorme peligro para los pilotos que no alpinistas? ¿Deben ser luego sancionados, caso de Rosberg, al sufrir daños sus monoplazas? Creo que alguien confundió a El Bosco con Del Bosque, es decir, la pintura con el futbol, el lienzo con el balón, la seguridad con la fatalidad.

Posteriormente Dietrich Mateschitz habló de su circuito diciendo: "Necesitamos más carreras como ésta. Si Ferrari y nosotros podemos poner más presión a Mercedes, el interés aumentará". Imagino que la 'excursión' de Max Verstappen, el viernes, luego el fuerte accidente de Daniil Kvyat, el sábado, dos pupilos de la órbita de Red Bull, sumado al crash de Nico Rosberg, no entrarán en el término 'interés', pues sucedieron en los Libres y la clasificatoria. Más tarde el incomprensible estallido de un neumático de Vettel, esto si en carrera y en plena recta de meta, puso sobre aviso a algunos pilotos de cómo estaba el panorama, pues la goma no avisó, sencillamente se hizo trizas. Al margen de todo lo anterior, es cierto que la unidad de potencia de Renault empuja hard, logrando una carrera reñida, más aún cuando los pilotos de Mercedes parecen empeñados en darse leña a la mínima. Y como espectadores de excepción, Max y Kimi Raikkonen, que seguro pensaron aquello de 'entran dos en la dos y sale uno o ninguno con suerte para nosotros'.

El presidente del grupo Fiat-Chrysler, John Elkann, perteneciente a la dinastía Agnelli, ha confirmado que Ferrari está en un "momento de cambio, de mejora y de gran entusiasmo". No seré yo el que le lleve la contraria dado su linaje, pero los resultados en pista son los que son y en nada ayudan a sostener tal afirmación. Para llegar a ella, Elkann se entrevistó en Maranello con Sergio Marchionne, que le informó de cómo rueda el programa del monoplaza 2016 y los planes para el proyecto 2017. Me parece que dadas las urgencias a las que somete Marchionne al equipo, incluso antes del comienzo de la temporada, mejor hubiera sido hablar directamente con Maurizio Arrivabene, mucho más cercano a la realidad, al día a día. Luego, casi de inmediato, Toto Wolff pareció lanzar un salvavidas a Marchionne, en lo referente a la presión que se soporta dentro de una escudería grande al decir: "Yo sé algo de eso al tener a Dieter Zetsche". Mi intuición me dice que uno y otro mandamás son muy diferentes, antagónicos.

Salvo para aquellos que se definían como ascetas o ermitaños, asumiendo su doctrina a rajatabla, nadie duda que el dinero es importante. Pero cuando el vil metal sale a colación en la Fórmula 1, demasiado a menudo, el cisma se monta de inmediato. Fue decir Bernie que piensa cambiar el sistema de reparto para el lejano 2020, y rápidamente Christian Horner hizo sonar el cuerno de uno de sus toros rojunos, mostrando su rechazo de manera evidente. Christian dejó claro que nada de porciones más pequeñas de pastel, sino que este debe ser mucho más grande. Solo le faltó recomendar a 'El Rey de las tartas', pues las hace de tamaño colosal, de varios metros de altura de ser necesario. Y, como los de la bebida energética son los monarcas del espectáculo en eventos fuera de las pistas, Horner comenzó a glosar como promocionan ellos la F1, hasta ponerse empalagoso, ya que solo les falta ir a la Luna. No sé si el tiempo allanará las posiciones, a base de mucho esponjoso bizcocho, chocolate, nata y caramelo.

Y de algo que siempre huele y sabe muy bien, a cosas que ‘apestan’ según palabras de Rosberg. Me refiero a lo antes comentado y visto por todos, lo sucedido en el último giro del GP de Austria, al llegar al cerrado ángulo que forma la curva dos. Nico masculló que la decisión tomada por los comisarios es injusta y atufa. Él claramente no la comparte pues sólo "se desvió todo lo posible dentro de las líneas blancas, dejando un gran espacio. Tres coches podían haber pasado por el interior". El problema fue ese, apartarse de la trazada lógica, por dentro, a la derecha, la más corta, 'ras' en palabras de Luis Moya. Todo brota de la carrera en España, donde el alemán se desplazó hacia su diestra llegando a la curva cuatro, para impedir el rebase de su compañero con fatales consecuencias para ambos. El remate llega en Canadá, cuando Lewis Hamilton arrincona a Nico tras la arrancada, curva uno, dejándole sin espacio. Creo que Rosberg debe solo pensar en una recóndita clave personal al pilotar y no de lo que haría Hamilton en su lugar, dado lo dispares que son dentro de un cockpit.