Que su llegada fuera casi sin tiempo de reacción no impidió que no suscitara cierta polémica, tanto por su cuantía, como por la decisión de otorgarlo únicamente si se acababa entre los puntos, o el hecho de ignorar al que logra la pole position. El punto extra por vuelta rápida fue aprobado por la FIA junto al grupo de estrategia justo antes de coger el avión hacia Australia, sede de la primera carrera de la temporada.
Y lo cierto es que, aunque de apariencia superflua, ha acabado teniendo mayor importancia de la que se le podía suponer, no por trascendental, sino por la curiosidad que despertó en los equipos de arriba, los cuales lo incluyeron en sus estrategias de carrera. Bottas fue el primero en preguntar por la posibilidad de una estrategia amable con la consecución de dicho punto.
Esto es, debido a la ventaja que tenía Mercedes, hacer una segunda parada hacia final de carrera para montar mejores gomas y poder tener entonces una vuelta rápida. Pero desde el muro fueron claros y concisos con un ‘eso no va a pasar’. Los alemanes no estaban dispuestos a correr los riesgos que conlleva una parada, simplemente para luchar por un punto que pudiese comprometer el devenir de la carrera, y en este caso, la victoria.
Las palabras del muro no convencieron a Bottas que volvió a repetir que quería ese punto, lo quería para él, quería finalizar con 26 puntos. También lo reclamó Hamilton, que a pesar de estar defendiéndose en la distancia de la presión de Max Verstappen, realizó un infructuoso intento tras advertirlo por radio al equipo.
Sin hacer ruido, es decir, sin comunicárselo al equipo, lo intentó, y logró momentáneamente, Max Verstappen. El de Red Bull marcó vuelta rápida de carrera a dos vueltas para el final con un 1’26’’256. Lo hizo quizás demasiado pronto, pues Bottas tuvo la oportunidad de cargar baterías y realizar su último intento mientras desde el muro de la bebida energética le decían a su piloto que se dejase de inventos y se centrase en Lewis Hamilton.
Hamilton, como Bottas, también hizo su intento, pero mientras el del británico se quedó en 1’26’’057, el finlandés bajó a un increíble 1’25’’580, más que suficiente para el punto mágico, y que es buena señal de hasta qué punto estos Fórmula 1 hacen la carrera gestionando el rendimiento y no al máximo, como cabría esperar de una carrera al sprint.
Más sorprende en la búsqueda de este punto la actitud de Ferrari. Los italianos no tenían nada que perder, relegados a la cuarta y quinta posición y con el sexto a un mundo. Perfectamente podrían haber detenido a cualquiera de sus dos pilotos, al menos, a uno de ellos, montarle neumáticos nuevos, y permitirle llevarse este punto que nunca sabes cuando te va a hacer falta. Sin embargo, siendo los que más fácil parecían tenerlo, renunciaron totalmente a esta lucha, en toda una declaración de intenciones.
¿Y quién fue el más rápido más allá de los seis intocables? Un sorprendente Daniil Kvyat con son Toro Rosso, el cual marcó una vuelta rápida de 1’27’’448, a casi 2’’ de la de Bottas. Las más lentas, más allá de los abandonados, recayeron en Williams como no podría ser de otra manera, con un 1’29’’284 para Kubica y 1’28’’713 para Russell, a pesar de que los de Grove fueron a dos paradas.
Estreno prometedor de este punto por vuelta rápida que añadió algo de salsa en una parte de la carrera que solía ser anodina, obligando a los pilotos a reaccionar, lo que siempre da pie a que pueda ocurrir algo y la carrera se mueva de forma inesperada.
