No cesan las sanciones de cara a la carrera del Gran Premio de Austria de Fórmula 1. A las ya conocidas de Alex Albon y Carlos Sainz, por cambiar la práctica totalidad de los componentes de la unida de potencia, se unen ahora dos pilotos.
La primera llega por parte del equipo Haas, tras revelarse un problema durante los terceros entrenamientos libres, en el que se observaba el Haas de Kevin Magnussen sobre caballetes altos, y los mecánicos trabajando alrededor del vehículo de forma apresurada. Finalmente, el problema se ha localizado en la caja de cambios, por lo que el equipo la ha tenido que sustituir antes de finalizar el ciclo establecido.
Esto supone una sanción de cinco posiciones en la parrilla de salida para un piloto que lo está pasando realmente mal en las últimas carreras, ayudando a agravar la notable crisis de rendimiento, especialmente en lo que a ritmo se refiere, que atraviesa Haas.
La otra sanción va a parar a Renault, concretamente a Nico Hulkenberg, que ha decidido estrenar un nuevo motor de combustión interna, lo que supone estrenar el quinto en apenas nueve carreras. Llama la atención que en este caso, será solo el motor de combustión interna y no un cambio de componentes completos, de los que por cierto, el piloto alemán ya ha excedido los previstos para toda la temporada.
Esta decisión se puede entender como un intento de mantener las opciones en carrera del Renault, ya que la sanción es de cinco posiciones en parrilla de salida, muy diferente a salir desde el fondo de la misma.
Sanción, pero solo económica, es la que se lleva Antonio Giovinazzi y el equipo Alfa Romeo, después de que se detectara que estaban enfriando el combustible más allá de lo permitido. La FIA establece la temperatura ambiente de la sesión, generalmente la que hay al comienzo de la misma, y el combustible no puede estar 10 grados centígrados por debajo de esa temperatura. El combustible del piloto italiano excedía el límite por tres grados centígrados, siéndole impuesta una multa de 5.000€.
