La relación entre Red Bull y Renault está alcanzando puntos de alta tensión en sus últimos meses de vigencia. El motor de uno de los monoplazas del equipo austriaco volvió a fallar en carrera, siendo en este caso Max Verstappen el perjudicado. El neerlandés se encontraba en quinta posición, justo por detrás de los Mercedes y los Ferrari, cuando tuvo que apartar su coche en una de las escapatorias del circuito.

Verstappen no se mostró nada contento a través de la radio antes de decir adiós a la carrera debido a la pérdida de potencia en su propulsor. “¿No puedo continuar? Me da igual si este puto motor revienta. Qué puta broma, todo el puto tiempo. Honestamente. ¡Argh!”, comunicó un decepcionado Verstappen a su equipo.

Christian Horner no tardó en señalar al MGU-K como la causa del abandono de Verstappen, una pieza que ha dado muchos dolores de cabeza a Red Bull en los últimos años y cuyos fallos recurrentes empujaron a la estructura a terminar su asociación con Renault. “A veces las palabras te traicionan. Max ha tenido muy mala suerte. Es un problema de motor. No espero ninguna sorpresa. Pensamos que es el MGU-K”, comentó a Sky Sports.

El jefe de equipo de Red Bull admitió sentirse harto de las repetidas roturas de los motores Renault, siendo este el tercer fallo en cuatro carreras tras los problemas que sufrió Daniel Ricciardo en Austria y Alemania. “No voy a hablar demasiado, pero pagamos millones de libras por estos motores, por un producto de calidad máxima, y se puede ver que está muy por debajo de eso. Es frustrante, pero es así. Dejaré que Cyril Abiteboul comente sus excusas luego, manifestó Horner.