Red Bull ha asumido el papel de tercero en discordia en el Mundial 2018. Sus victorias en China y Mónaco le sitúan como candidato a ambos campeonatos, pese a que la sensación predominante es que Ferrari y Mercedes están un pequeño paso por delante.

En Shanghái, ganaron aprovechando las circunstancias de carrera y en Mónaco sacaron tajada de un trazado urbano que se amoldó a la perfección al chasis de la escudería austriaca. Red Bull es una molestia constante en la colosal batalla entre Ferrari y Mercedes, algo de lo que Christian Horner, jefe de equipo, es plenamente consciente.

El británico explica que Red Bull ha ido siempre por su cuenta, algo que no cree que cumplan todos los equipos de la parrilla, pues saca el ejemplo de Force India en Montecarlo. Esteban Ocon se apartó sospechosamente para, teóricamente, facilitar el adelantamiento de Lewis Hamilton; una acusación que Otmar Szafnauer desmintió tras la prueba.

“Tenemos un hermano pequeño en Toro Rosso y Red Bull ha sido un siempre un equipo un tanto inconformista”, afirma Horner a Sky Sports F1. “Siempre ha ido contra corriente y nunca ha sido controlable por Ferrari o Mercedes. Esta es probablemente la razón por la que nos ven como una amenaza y por eso les ponemos nerviosos. Controlan, como se pudo ver en Mónaco [en referencia a Force India]”, concluye.