La firma de Red Bull y Honda ha supuesto un cambio radical en los planes del motorista japonés. Obligado a dar el paso hacia delante el cual se espera desde que presentase su calamitoso primer motor en test junto a McLaren, Honda ha intentado dar una imagen sólida, pasando primero por ponerse al día en temas de fiabilidad mientras poco a poco aumentaba en temas de potencia.

Pero ahora, tras haber convencido de aquella manera a Red Bull, el equipo de la bebida energética quiere que Honda olvide sus objetivos de temporada y se centre en experimentar, en buscar soluciones e introducir innovaciones sin importar las sanciones con las que tenga que acarrear los Toro Rosso hasta final de temporada.

Toro Rosso acumula 19 puntos en el mundial de constructores, donde se sitúa en octava posición por delante de Sauber y Williams. Aunque la batalla con los de Grove parece ganada, sí que es factible que los suizos acaben adelantándoles dada su evolución a lo largo de la temporada, un sacrificio que Red Bull está dispuesto a hacer.

La actitud de Red Bull tiene mucho más sentido del que pueda parecer, ya que los resultados de Toro Rosso son secundarios, y por primera vez Honda se encuentra en la situación que se le echó en falta mientras estaba unida a McLaren, el tener un segundo equipo con el que experimentar sin tener que pensar en el resultado inmediato.