El improbable triunfo de Lewis Hamilton después del problema que sufrió en la clasificación no estaba asegurado cuando terminó la carrera. En pleno caos provocado por la lluvia que comenzó a caer en Hockenheim, el británico se dirigió a boxes cuando decidió abortar su entrada en el último momento. Hamilton cruzó la línea de entrada al pit lane y atajó el circuito para reincorporarse a la pista, un movimiento que los comisarios decidieron investigar.

El reglamento de la FIA pone en manos la decisión de los comisarios sobre la penalización que aplicar a Hamilton por cruzar la entrada del pit lane. Esta situación tenía un antecedente en la sanción de Kimi Raikkonen en Azerbaiyán en 2016, quien por el mismo motivo recibió una penalización de cinco segundos. Por lo tanto, la victoria de Hamilton corría peligro en caso de que los comisarios aplicaran el mismo castigo que al finés.

Tras analizar todos los datos necesarios, los comisarios decidieron castigar a Hamilton con una reprimenda y no le aplicaron ninguna sanción. Si bien el británico infringió la normativa sobre la entrada al pit lane, los comisarios tuvieron en cuenta que esta maniobra fue fruto de la confusión del equipo a la hora de decidir si mantenerse en pista. Además, también mencionaron que el suceso ocurrió durante un periodo de coche de seguridad.

Los comisarios también afirman que Hamilton realizó la maniobra sin que hubiera peligro para otros pilotos, pues el cambio de dirección se ejecutó de forma segura. Como añadido, tanto piloto y equipo reconocieron el error, algo que se tuvo en consideración para no sancionar al británico. Aun así, esta decisión sienta peligrosos precedentes a la hora de aplicar sanciones por sucesos similares dependiendo de los implicados y su situación en el mundial reconociendo que hubo una infracción.

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