Mucho se ha hablado del piloto alemán de la Scuderia Ferrari. El trompo sufrido en su pelea con Hamilton en el pasado GP de Bahréin ha vuelto a ponerle en el ojo del huracán y son muchas las voces que le atacan de forma directa, las cuales sugieren que el tetracampeón está acusando el aspecto mental contra el pentacampeón.
De hecho, todas esas voces insinúan que el británico le tiene la moral comida y que, en su lugar, debería dar el relevo a un Charles Leclerc que se ha gustado en las dos primeras citas de la temporada, en especial en la de Bahréin. Pero Lewis Hamilton ha quitado hierro al asunto y ha asegurado que el Mundial no se reduce a un duelo directo entre él y Sebastian Vettel. Hay más pilotos a los que tener en cuenta en su opinión.
“No entro en una pelea con él y siento que tenga una ventaja sobre él, o algo así. Me gusta competir rueda a rueda con cualquiera, no importa quién sea”, comenta el piloto de Mercedes desde Shanghái, “entro con la misma mentalidad, por lo que no importa qué piloto sea, aquí o en cualquier categoría, lo afrontaría exactamente igual.”
Hamilton ha querido recalcar que los errores de Vettel han sido minúsculos y la verdad, sorprende que haya salido a la palestra para defender a su principal enemigo en los últimos tiempos. Pero de esta forma realza lo que el británico ha conseguido. Lo que es cierto es que el piloto de Ferrari tiene que empezar a cambiar si no quiere afrontar un año como el que fue para él el 2018 y conseguir el campeonato y ser pentacampeón.
“Claramente no somos solo Vettel y yo. No veo que eso vaya a cambiar pronto. En este momento somos al menos cuatro y los Red Bull, que hay que contar con ellos. Tuviern un comienzo un poco peor, pero creo que si nos fijamos en el año pasado, por ejemplo, ganaron la carrera aquí y en particular terminaron con mucha fuerza. Anticipo que podría ser algo similar. No tienen un coche tan fuerte, pero son uno de los equipos que pueden evolucionar a un ritmo similar a Ferrari y nosotros, por lo que es demasiado pronto para decirlo”, concluye el británico.
